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05 septiembre 2011

Muere el que descubrió los Guachimontones 04/SEP/11

Falleció Phil Weigand

Phil Weigand, el descubridor de la Zona Arqueológica Guachimontones, en Teuchitlán, Jalisco, falleció el 3 de septiembre a las 03:00 horas, en Guadalajara, a los 74 años, después de que hace tres meses le fuera detectada una enfermedad de la que ya no se recuperó. Una parte de sus cenizas, como fue su última voluntad, será esparcida en ese sitio al que le dedicó cuatro décadas y que significó tanto para él y para la historia de Jalisco.

El arqueólogo (Nebraska, 1937-Guadalajara, 2011) llegó al país en 1957. Su tenacidad y curiosidad lo llevaron a descubrir la zona arqueológica de los Guachimontones. Hablar de la vida del arqueólogo estadounidense es hablar de ese sitio, al que junto con su esposa la historiadora del arte Arcelia García, le dedicó más de 30 años de su vida.

Los trabajos de investigación en el sitio arrancaron en 1999, si bien habían llegado a él en 1970, y levantado el mapa desde 1975. El estadounidense, radicado en la ciudad, señaló alguna vez que con la apertura al público del sitio los logros han sido varios, como “colocar Guachimontones entre los 10 primeras zonas arqueológicas más visitas cada año y la segunda en el número de asistentes a la celebración del Equinoccio”.

Un visionario

Ahí trabajo e invitó a trabajar al arqueólogo Rodrigo Esparza, quien lamenta la muerte de su maestro, colega y amigo. “Él fue mi maestro y me enseñó las cuestiones más intrincadas de la arqueología del Occidente de México. Era una visionario porque al principio nadie le creía ni a él, ni a Arcelia García, acerca de todo lo que había descubierto aquí en Guachimontes y fue por su empuje y su carisma. Logró transformar la mirada de cómo eran los pueblos prehispánicos del Occidente”.

“A él le debemos no sólo le debemos un despeje de la arqueología del Norte con los trabajos en el comercio de la turquesa e infinidad de los trabajos”, expresó Rodrigo Esparza. Era un coleccionista de mapas antiguos y “uno de sus planes era un estudio de la zona de la Prusia antigua.

Como parte de las actividades para celebrar el Equinoccio de Primavera en Guachimontones, la Secretaría de Cultura (SC) le rindió un homenaje el 21 de marzo pasado, en reconocimiento a su labor con la Tradición Teuchitlán.

“Han sido 41 años de trabajo, desde el principio. Ha sido el trabajo de toda una vida. Estamos muy satisfechos –él y su equipo de arqueólogos–. Sabía yo que éste era un descubrimiento importante por la arquitectura de círculos concéntricos”, expuso en declaraciones recogidas por este medio, en aquella ocasión. Añadió que el hallazgo le ha permitido a los jaliscienses encontrarse con su pasado e historia, “una necesidad de conocer los orígenes”.

El arqueólogo consideraba que aún había mucho por hacer, ya que el conocimiento de la Tradición Teuchitlán es mínimo. Weigand tenía ubicado a los enemigos de Guachimontones: la falta de recurso económicos y el saqueo. Alguna vez expresó que éste “aquí es una enfermedad, aunque los arqueólogos han controlado el problema y los saqueadores respetan la poligonal del sitio. Pero en otras partes han empleado hasta maquinaria pesada, hacen excavaciones y destruyen un edificio en 20 minutos”.

Le debemos el eslabón perdido

''Le debemos (a Weigand) el haber reencontrado el eslabón perdido de nuestro pasado prehispánico (…) Es como habernos devuelto un pasado perdido a los jaliscienses”, expone el documentalista mexicano, Pascual Aldana, director de La Tradición Teuchitlán: descubriendo el antiguo Occidente de México, material a través del cual conoció al arqueólogo.

Aldana explica que, entre otras cosas, el también profesor investigador del Colegio de Michoacán “descubrió que había muchos más vestigios que pudieran ser indicativos de civilización, como, arquitectura monumental, encontraron sistema de irrigación avanzados, un sistema de economía y de comercio de larga distancia de obsidiana, explotación de minas de sal”.

Ganador del Premio Tenemaztle en 2009, reconocimiento que la Universidad de Guadalajara otorga a notables investigadores que han trabajado en torno a la región Norte de la Entidad, Phil comenzó el estudio que deviniera en el descubrimiento de los Guachimontones para 1969, luego de que siete años atrás su esposa, Arcelia García, encontró accidentalmente navajas de obsidiana en un balneario en las proximidades del sitio.

Antes de adentrarse a la investigación de la cultura mexicana, Weigand dedicaba su tiempo a la Historia clásica europea, especialización a la que había vuelto en el tiempo reciente, y de la que tenía un libro en puerta. Después, asistió en las labores de campo al doctor J. Charles Kelley en la zona de Chalchihuites, y también trabajó con Pedro Armillas en la región de La Quemada.

Arcelia García, nacida en Amacueca, Jalisco, cuenta que su tía Clara Anguiano, historiadora regional, les “inculcó” la arqueología a ella y a Phil. La pareja se conoció en Chapala en 1957 y se casó al año siguiente. Ella siempre ha acompañado, desde lo profesional y personal, la carrera del estadounidense.Tienen una hija, nietos y hasta bisnietos.

Para Pascual Aldana, Phil Weigand es un hombre “sumamente curioso, es muy apasionado por la ciencia, siempre está leyendo, pero además no es un investigador de escritorio, es un investigador que sale al campo”.

Estudió Historia, Arqueología y un doctorado en Antropología en los Estados Unidos, nación a la que esporádicamente visita.

En la televisión

Agrega que “es muy platicador, es muy interesante oírlo hablar, es como una biblioteca andante. Cuando uno le pregunta sobre algún tema de ciencia, los ojos le brillan y se pone contento, y te platica. Es una magnífica persona”.

Dice estar agradecido porque fue su “mentor” y quien le sembró “el amor por hacer documentales”. Este mes, Explora México, compañía para la que trabaja el realizador, tiene programado transmitir una actualización de la pieza de La Tradición Teuchitlán: descubriendo el antiguo Occidente de México, en TVUNAM. Después, presumiblemente, será transmitida en un canal de Los Ángeles, en Estados Unidos.

Sus restos fueron velados en las capillas de Recinto de la Esperanza, en avenida de las Américas.

Para saber

Paseo infaltable

Guachimontones es una de las 10 zonas arqueológicas con más visitas al año, se estima que cada 12 meses acuden unas 250 mil personas.

Visitar esta zona arqueológica es una experiencia particular: abarca una superficie de 19 hectáreas, en las que se encuentran 10 edificios circulares, dos juegos de pelota, plazas rectangulares, unidades habitacionales y terrazas de cultivo.

Ubicado en las faldas del Volcán de Tequila, a un costado de la presa de la Vega, su cultura alcanzó la cúspide de su florecimiento durante el periodo clásico (200 y 400 d.C.).

Para llegar tome la carretera hacia Tala, en la primera salida, pasando este municipio, hay que dar vuelta a la derecha en el letrero que dice a Etzatlán y Ahualulco del Mercado; 12 kilómetros adelante encontrará Teuchitlán. Es un trayecto de menos de una hora.

Voces

Su biblioteca será para los jaliscienses

“Quiero donar su colección de libros para hacer una biblioteca en Guadalajara. Ya hablé con el secretario de Cultura del Gobierno del Estado, para efectuar la donación y que la gente pueda estar cerca de sus libros. Además, quiero levantar muy alto el nombre de mi marido, sacando los proyectos que dejó inconclusos con la ayuda de los arqueólogos, porque se lo merece”

Arcelia García, viuda del arqueólogo Phil Weigand.

“Es un día lamentable. Phil fue un gran amigo, lo conocí desde 1993 cuando estaba haciendo mi tesis y siempre se portó muy abierto, franco y con ganas de apoyar. Considero que fue una persona sumamente inteligente, muy formado. Fue un antropólogo, no solamente un arqueólogo, pues dominaba varios campos de conocimiento”.

Carlos López Cruz, Centro INAH Jalisco. Arqueólogo

“Un excelente profesor, amigo, colega y jefe. Me mostró en todo momento el camino al cual dirigir mis investigaciones. Marcó un parteaguas en la investigación de la arqueología en el Occidente de México porque se atrevió a proponer cosas que muchos colegas olvidamos y nos quedamos como mera descripción. Fue un orgullo que haya formado parte de nuestra vida en algún momento”.

Arqueóloga Ericka Blanco, Encargada de campo y mantenimiento del sitio de Guachimontones

“Fue fundador del Centro de estudios arqueológicos de Michoacán hace 10 años. Desde su llegada asumió su papel como decano en la formación de los estudiantes de maestría e incluso con los profesorescon su experiencia, trabajo, pero sobre todo con su calidad humana. Todavía están por salir dos libros suyos, uno sobre la Historia europea y otro sobre la Segunda Guerra Mundial. La amplitud de sus conocimientos era verdaderamente sorprendente”.

Doctora Magdalena García, del Centro de Estudios Arqueológicos del Colegio de Michoacán

“Soy uno de cientos de arqueólogos que el formó, todo lo que sabemos hacer y gran parte de la manera de hacerlo se lo debemos a él. Recorrió toda la zona del Valle de Jalisco, donde encontró más de 200 sitios arqueológicos con miles de estructuras”.

Monti Smith Márquez, Arqueólogo

“Su trabajo fue muy importante para nosotros por todo lo que pude enseñar a los niños y a las nuevas generaciones por esa entrega y esa tenacidad que tenía cuando realizaba sus investigaciones.”

Graciela de la Vega, directora general del Trompo Mágico

http://www.informador.com.mx/cultura/2011/319674/6/fallecio-phil-weigand.htm

Entre los múltiples libros que el arqueólogo publicó se encuentran “Antropología en Jalisco: una visión actual”, “Arqueología del occidente y norte de México”, “La cerámica arqueológica de la tradición Teuchitlán, Jalisco: tipología, análisis petrográfico y cronología”, “Estudio histórico y cultural sobre los huicholes” y “La mitología de los huicholes”.

http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/08bdd7d4361766ee8c1399eb86db9192

Acelia García viuda de Weigand, indicó la intención de levantar una biblioteca que reúna todo el acervo del arqueólogo “porque es enorme”. Desmintió además, la idea de que en el final de sus días estuviera escribiendo sus memorias. “Decía que era una novela, pero en realidad sólo estampaba sus desvaríos”. A su vez, el secretario de Cultura, Alejandro Cravioto, adelantó que aunque el Centro Interpretativo Los Guachimontones llevará su nombre “muchas personas no saben quién es, “de ahí que veremos la forma de representarlo a él trabajando, con su indumentaria y equipo; es decir, en una imagen que quede para la posteridad”. De su lado, Magdalena García, del Colegio de Michoacán, apuntó que a finales de este mes y a mediados de 2012, saldrán al mercado un libro sobre la historia de Alemania y otro que reúne un cuarteto de ensayos sobre Europa, ambos de la autoría de Weigand, editados por el Centro de Estudios Arqueológicos de El Colegio de Michoacán, del que fue fundador, maestro y colaborador.

http://impreso.milenio.com/node/9020534

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