25 noviembre 2011

Pide ver a su madre un originario de Etzatlán 25/NOV/11

Su familia no sabe que está en la cárcel

Chihuahua, Chihuahua.- Una noche de juerga y alcohol terminó con una sentencia de 4 años y medio de prisión, según Ernesto Romero Coronado, de 52 años, quien es un interno del Centro de Rehabilitación Social (Cereso), de Aquiles Serdán, desde hace un año, situación que desconoce su familia.

Originario de Etzatlán, Jalisco, relató que siempre fue un niño muy alejado de sus padres y sus 9 hermanos, con los cuales no tiene ninguna relación. Se crió en Monclova, Coahuila, lugar donde estuvo casado por 21 años y tuvo cuatro hijos: Ernesto Romero Macías, de 33 años; Elisa, de 33, y Elísea Aralí, de 30, los cuales sólo estudiaron hasta la secundaria, y Reynaldo, de 31, el único que se tituló.

"Nadie sabe que estoy en la cárcel, no les quise avisar. No sé ni dónde viven o sus teléfonos, no me llevo con nadie de mi familia, por lo que los días de visitas me paseo solo por los lugares, me compro un refresco y vuelvo de nuevo a mi celda", añadió.

Llegó hace 15 años a Chihuahua con un título de Técnico Industrial en Máquinas y Herramientas, con la esperanza de hacer una nueva vida, relató mientras sus manos jugaban entre sí, pero chocaban torpemente con las esposas que portaba.

Aseguró que desde hace 10 años vivía con una mujer llamada Esperanza Aranda Rentería, con quien tenía planes de matrimonio, la cual conoció después de una misa de domingo en la Catedral Metropolitana de la ciudad, lugar donde llamó su atención "porque era la única güera".

Comentó de manera seria que su pareja fue la única persona que supo dónde estaba, pero que ella sólo lo ha visitado una vez, siendo que puede recibir visitas todos los fines de semana, pero se olvidó de él porque no son de la misma sangre y no tenían ningún compromiso formal.

Aseveró que ésta es la primera vez que lo han encerrado, pues él tenía 10 años trabajando en un taller, hasta que con tan sólo 15 días de conocer a un trabajador del mismo lugar cometió su delito.

"Andábamos tomando y la otra persona me dijo que quemáramos el camión. Como ya era noche, le dije que en la madrugada, pero me dijo que de una vez para irse temprano. Iniciamos a llenar el vehículo con diesel y cuando comenzó a arder se subió a su carro y me dejó solo, hasta que empezó a salir gente de sus casas y me comenzaron a golpear hasta que llegó la Policía. Él huyo de Chihuahua y hasta la fecha no he sabido nada más", añadió con lágrimas y una voz entrecortada.

Luego de aguantar su llanto, relató que el trato en la cárcel ha sido bueno, por el momento trabaja en el mantenimiento del lugar y lo primero que quiere hacer al salir de ahí es buscar a su madre, de 78 años, si aún continúa con vida, pues hace más de 10 años que no la ve.

"Es el pensamiento con el que me despierto todos los días. Espero pueda cumplirlo porque ya desde hace tiempo tenía la idea de ir a verla a Monclova. Ni ella ni nadie sabe lo que me pasó o dónde estoy".

El Heraldo de Chihuahua

http://www.oem.com.mx/elheraldodechihuahua/notas/n2322377.htm

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