Miguel
Becerra González
“Un luchador tenaz”
Por Carlos Enrique Parra Ron
Nacido
en el mero Etzatlán, un día 11 de marzo de 1979, empezó a patear la pelota a la
edad de nueve años, esta entrevista se la hice el 15 de julio del año 2010, por
lo que tengo que actualizarla, pero con gusto la comparto con los amigos de Pa
Ro:
Recuerdo
con mucho cariño la vez que Hugo y Gil González, me dieron oportunidad de
patear el primer balón de fútbol, ellos son hijos de “El Pichirilo” mismo que
más tarde fue mi entrenador. Yo tenía una bicicleta y ellos por ir a beber agua,
me dijeron que podía patear la pelota si les prestaba la bici, cosa que me
gustó y ahí fue que empecé a patearla.
Creo
que ahí fue cuando me nació el amor al fútbol, pues muy poca oportunidad tenía
de jugar, porque como a mi papá le gustaban mucho los caballos, cosa que
heredé, pues yo le ayudaba a darles de beber y de comer, pero de ese día en
adelante me daba mis mañas para irme a jugar con los muchachos. Me acuerdo que
soñaba mucho con jugar algún día en primera división, y aún más no con
cualquier equipo, sino que con la Chivas, pero empecé a jugar ya con más
entusiasmo en el equipo del Real Dinamo, creo que en ese equipo fue donde
realmente nací como futbolista, hasta la fecha estoy muy agradecido con toda
esa gente que me ayudó y en especial a “El Pichirilo” que él fue quién me
orientó y quién descubrió mis dones en la portería, gracias a sus regaños y
mentadas, nos forjamos un grupo de amigos y yo en buenos deportistas y sobre
todo disciplinados, a él fue a quién aprendimos lo básico y muchas cosas más,
bueno hasta las mentadas.
Estoy
muy orgulloso de seguir siendo su amigo por todo lo que hizo con nosotros.
Fue
a la edad de 16 años cuando dejé a mi equipo el Real Dinamo, para ir en busca
de nuevas oportunidades, pues perteneciendo a la Liga de Ahualulco, ellos me
llevaron con las Chivas, pero la situación en nuestra casa era muy precaria y
no teníamos como para estar yendo a Guadalajara a cada rato, pero un tío me
animó y me dijo que no dejara ir esa oportunidad y así lo hice, pero nunca
esperé que fuera aquello tan sufrido, pero gracias a Dios, todo aquello lo
superé. A veces me llegan los recuerdos cuando mi mamá y yo sufrimos porque no
teníamos ni para el pasaje, ella me animaba y como podía conseguía, ya después
a las 5 de la mañana me llevaba a tomar el camión y llegar a tiempo al
entrenamiento, pues terminaba de entrenar a las 2 de la tarde y luego me iba a
la carretera a pedir aventón para regresarme y de esa manera ahorrar un poco lo
que con tanto esfuerzo conseguía mi madre.
Mi
ingreso a las Chivas fue también un trago amargo, no solo por mis carencias,
sino que tuve que pasar por muchas humillaciones de compañeros hijos de “mami y
papi” que se burlaban de mi forma de hablar y de vestir, de ranchero no me
bajaban, pero yo con el ejemplo que me daban mis padres, nunca bajé los brazos
y mucho menos la frente, pues estoy orgulloso de mis raíces, sin darme por
vencido seguí luchando, “a palabras necias oídos sordos”.
También
debo de agradecer a esos malos compañeros, ya que gracias a sus tonterías yo
logré superarme más y más, pues mis sufrimientos y mi esfuerzo constante fue
quién me ayudó a seguir luchando hasta la fecha.
En
Chivas llegué a la Fuerza Piloto, era como Cuarta División, luego jugué 2 veces
en Tercera División, de ahí pasé a Segunda ahí jugué un año, luego me subieron
a Primera “A”, y de ahí a Primera División a hacer una Pre Temporada, jugando
con personas muy importantes en esa época como Ricardo Peláez, Alberto Coyote,
Carlos Hermosillo, Luís García, ellos eran en ese tiempo Sub-Campeones, fue en
1997, jugadores que marcaron una época, ahí se realizó mi primer sueño…
¡Compartir con ellos un vestidor! Y así fue como poco a poquito me fui
integrando al equipo.
Con
estas estrellas en verdad que era la cosa diferente, pues había mucho
compañerismo, no era como aquellos riquillos, que me tocaron de compañeros en
mis inicios, de esos no recuerdo a ninguno que haya llegado lejos, los nuevos
compañeros si eran todos unos caballeros, nunca conocí a uno que te hiciera
sentir menos, será porque ellos saben bien que la mayoría de nosotros venimos
de pasar muchas situaciones sufridas y somos de extracto humilde, aquí en Chivas
Primera División, estuve 4 años, debute
en el 2001 y me regresaron a Primera “A” ahí llegué hasta la final perdiendo
con el equipo del León, después me fui a Dorados de Culiacán, en este equipo
ascendimos y también me cambiaron a Colima, ahí estuve un año, llegamos a
Semi-Finales, por cierto en ese equipo fue donde más sufrí, por su forma de
pago y otras cosas que no vale la pena mencionar, gracias a Dios, de ahí me fui
a Querétaro, en donde jugué un año y ascendimos a Primera División, marcando
también otra etapa de mi vida, pues después de haber tenido dos descensos,
tener este ascenso, fue una cosa muy especial, pero lo que me pasó con el
equipo en el cual ahora milito, el Santos Laguna, en donde experimenté lo más
maravilloso que me pudo haber pasado en mi carrera… ¡El titulo! Que la verdad
es lo mejor que me haya podido pasar.
El
trato que las Directivas siempre me han dado es bueno, pero el que me dan
equipo Santos-Laguna, en verdad es excelente, nuestro Presidente Alejandro, es
una persona que tiene todo en la vida, pero que también es la más humilde, eso
te enseña a no creerte más que nadie, porque el teniendo todo es una persona
muy humilde, esa es la pura verdad. Además me la llevo muy bien con Daniel
Guzmán, el entrenador físico, “El Vikingo” Dávalos y con todo el Cuerpo
Técnico.
Lo
que más trabajo me ha dado es mantener mi peso, ya ven que duro me han dado por
ese motivo, mi complexión más bien es robusta, he tenido problemas pero aquí en
Santos, me apoyan mucho pues “El Travieso” también ha sido gordito y le
batalló, habla mucho conmigo y me dice: “no te preocupes, siempre y cuando te
sientas bien, no pasa nada, yo te veo muy bien” y eso me ayuda muchísimo.
Siempre
me he considerado un hombre muy afortunado, trato de estar siempre cerca de Dios,
pues soy Católico, y además Guadalupano, quizás eso sea lo que me dé más seguridad cuando estoy en la portería, mi
madre siempre me inculcó buenos principios y valores, por eso es que amo mis
raíces y amo a mi pueblo Etzatlán, mi vida está aquí, si tengo 5 minutos
libres, los quiero pasar aquí, cada que me dan un tiempo libre me regreso para
estar con mi familia y amigos, que son muchos.
Aparte
del fútbol, mi pasión son los caballos, ahorita tengo 12, pero el que más
quiero, aunque suene feo se llama “satanás”, este fue el primero que tuvimos.
Cambiando
de tema, la que de verdad me apoya mucho en mi carrera, es mi esposa Verónica
Romero, pues aguanta todo el tiempo que estoy ausente de la casa, hay veces que
me concentran hasta un mes o más, y creo que no va a aguantar tanta soledad,
pero ella bien sabe que ese es mi trabajo y me apoya mucho, aunque veo que
muchas veces se queda triste, pero ella como buena esposa, trata de
disimularlo, yo la amo y ella también me ama, pero lo mejor es que la
acompañan, mi pequeña hija Miranda y mi nuevo hijito Miguel, que juntos los
tres, son mi razón de ser y de vivir.
Esta
entrevista con Miguel Becerra, fue un verdadero agasajo, pues su sencillez hace
que uno se sienta muy bien, así sin tomar pose alguna platicamos de esto y mil
cosas más, no cabe duda que aquí en Etzatlán este señor es un fenómeno, pues
como para no creerlo, pero cuando él juega, todo el pueblo se cambia de equipo
y se vuelven del Santos, sean del equipo que sean, ya sean Chivas, Águilas,
Tecos o Diablos, pero al terminar el partido vuelven a ponerse la camiseta de
su equipo preferido.
Aquí
en Etzatlán se le han dado varios reconocimientos y una cancha de fútbol
infantil lleva su nombre, además otra de sus facetas que muy pocos conocen, es
su altruismo, pues también ayuda a mucha gente.
Muchas
gracias Miguel por los grandes momentos que nos hiciste pasar y por poner muy
en alto el nombre de Etzatlán.
Fotos del perfil de facebook de Miguel Becerra.
EL VIERNES 7 DE JUNIO SE DESPIDIÓ DEL FUTBOL
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