CALAVERITAS
Las “calaveritas” constituyen, desde hace mucho tiempo,
parte del folklore urbano vinculado a los festejos de Días de Muertos.
Este divertimento literario fue perfeccionado durante la
época colonial y abreva, como todo lo vinculado al tema, en el sincretismo
entre creencias prehispánicas y conceptos traídos por los conquistadores y
reafirmados por los frailes evangelizadores.
Las “calaveritas” son versos populares breves, por lo
general satíricos y burlones, mediante los que se ironiza sobre algún individuo
o personaje al cual van dirigidos. Están escritos a modo de epitafios y es muy
común tratar al aludido como muerto, vinculándolo a expresiones cómicas de su
actividad, profesión, cargo o atributo, con absoluto desenfado por su poder o
posición social.
Calaveras de la
Presidencia.
2014
Por: Carlos Enrique Parra Ron
Etzatlán, tierra de garzas
y de lúgubres leyendas,
donde la muerte amenaza
acarrear con todo y penas,
a todo aquel ser humano
que habite en esta región,
y que se crea de plano
elegido del Señor.
Hizo su propio panteón
su servidor Carlos Parra,
para que en esta ocasión
caiga la muerte chaparra.
Empezó en Etzatlán
donde tiene su morada,
pero no todos aquí están
hay más en Guadalajara.
Llegó hasta la presidencia
con su radio marca Sony,
la huesuda hizo presencia
preguntando por el Bony.
El Bony al año casado
le dijo: ¡ten compasión!
Entiérrame pero al lado
de mi esposa “Ivón”.
Pero antes debes llevarte
a todos mis colaboradores,
del “Beji” no has de olvidarte
y menos de los directores.
Enojado le armó una riña
y a la parca dijo… ¡No inventes!
¡Así como que me llamo “Piña”!
¡Tú a mí me pelas los dientes!
La calaca con buen tino
agarró guadaña panda,
cargando con Florentino
y con la maestra Sandra.
Pasaron cosas más “piores”
arrasando sin compasión,
cargó con los regidores
que estaban en la sesión.
En el DIF ya es conocido
y tienen mucha razón,
despensas han suprimido
hoy dan vales pa´l panteón.
Lety Rico tiene esperanza
pues no se quiere morir,
piensa que los de la danza
ese fin no han de sufrir.
Toño y su Desarrollo Social
se creyó que se salvaba,
pero lo echó en un huacal
con Marce, Erika y Chava.
Dicen que es otro rollo
pues la vida no retoña,
y la muerte a Desarrollo
los mató con su ponzoña.
Cuentan que puso queja
por ser una cruel estafa,
que su caja estaba vieja
gritaba el licenciado Rafa.
Pero el abogado “Chato”
pronto a Rafa le exhorta:
“ve a que te defienda el “Pato”
tal vez a él si le importa”.
De educación afin
la Catrina a Cecy entera,
que organice un festín
con la calaca rumbera.
Luego echando un fuerte grito
entre llantos y suplicas,
se llevó al ingeniero Tito
con todo y sus obras públicas.
Faltaba algo en el panteón
pa´ controlarlo… ¡la neta!
Y echó a José Filemón
con su gente a la gaveta.
Y otras gentes le gritaban:
¡Ay Filemón no la amuele,
si vivos no trabajaban
ya muertos… ¡ni quién lo pele!
Quiso huir sin dejar rastro
pero el “Japo” nunca pudo,
la muerte les cayó en Catastro
y a todos los hizo nudo.
De azul es el empaque
donde van a reposar,
los “güesitos” de “El Chaque”
Oscarí y Lupe,… ¡Ni hablar!
Y oyendo tanto relajo
estaban reza que reza,
en su escritorio debajo
Eder y Fausto Meza.
“Ando en busca de un compa
si lo hayo ¡Dios guarde la hora!
la muerte buscaba al “Yopa”
pa’ arreglar su computadora.
Para resguardar el panteón
decía la muerte porfía,
me llevo a su director
y a toda la policía.
Pero la “güesuda” vil
ya había solicitado,
a Protección Civil
de Felipe un zapateado.
En tubo de media pulgada
eso sí se los prometo,
pa´ que el agua salga clara
de filtro pondré a Roberto.
Organízame un partido
entre los buenos y malos,
en el Domo Polideportivo
la muerte dijo a Juan Carlos.
La “güesos” con parquedad
llegó con su flaca figura,
pues se pretendía llevar
la Casa de la Cultura.
Gerardo con mucho civismo
bien la quiso destantear,
diciendo: ¡Aquí es Turismo!
¡Y no nos vas a llevar!
Tu mientes y quiero verte
guiando a todos los turistas,
en el Museo de la Muerte
así es que no te resistas.
La dientona dijo: ¡iré!
en estos mismos instantes,
al Registro Civil a que de fe
doña Lupita Hernández.
Miry y Alex acongojados
sus plegarias pronto elevan,
Lupita… ¡estamos mojados!
porque al panteón nos llevan.
La Catrina requería
del panteón cobrar exceso,
pasó a la tesorería y…
¡No le soltaron ni un peso!
Le decía Toño a Camilo
tu hazte cargo de ella,
dale un contra recibo
y que el año que entra vuelva.
Lo agarró en su mismo horario
casi muerto de terror,
gritando el contralor Mario…
¡No me lleves por favor!
Cargó con los de la basura, fontaneros y demás,
los requirió con ternura
en fosa común nomas.
En el Archivo Municipal
escondido tras un librero,
de la muerte se quiso librar
mi compa Javier Romero.
Quiso seguir bien la pista
e hizo como que iba al baño,
y ahí agarró al cronista
leyendo un novenario.
Le dijo… ¡Vengo por ti!
Antes que venga el demonio,
pues te llevaré solo a ti…
y cargó hasta a con él “Mono”.
Y ya para terminar
la muerte movió sus hilos,
pues mandó el panteón cerrar
a su compadre “El Kilos”.
Pero él con inteligencia
le dijo: “yo no he de ir”
ninguno de la Presidencia
se va a poder salir.
Vuela, vuela palomita
y párate allá donde están,
en el panteón en que habita
la gente del bello Etzatlán.
2014
Por: Carlos Enrique Parra Ron
Etzatlán, tierra de garzas
y de lúgubres leyendas,
donde la muerte amenaza
acarrear con todo y penas,
a todo aquel ser humano
que habite en esta región,
y que se crea de plano
elegido del Señor.
Hizo su propio panteón
su servidor Carlos Parra,
para que en esta ocasión
caiga la muerte chaparra.
Empezó en Etzatlán
donde tiene su morada,
pero no todos aquí están
hay más en Guadalajara.
Llegó hasta la presidencia
con su radio marca Sony,
la huesuda hizo presencia
preguntando por el Bony.
El Bony al año casado
le dijo: ¡ten compasión!
Entiérrame pero al lado
de mi esposa “Ivón”.
Pero antes debes llevarte
a todos mis colaboradores,
del “Beji” no has de olvidarte
y menos de los directores.
Enojado le armó una riña
y a la parca dijo… ¡No inventes!
¡Así como que me llamo “Piña”!
¡Tú a mí me pelas los dientes!
La calaca con buen tino
agarró guadaña panda,
cargando con Florentino
y con la maestra Sandra.
Pasaron cosas más “piores”
arrasando sin compasión,
cargó con los regidores
que estaban en la sesión.
En el DIF ya es conocido
y tienen mucha razón,
despensas han suprimido
hoy dan vales pa´l panteón.
Lety Rico tiene esperanza
pues no se quiere morir,
piensa que los de la danza
ese fin no han de sufrir.
Toño y su Desarrollo Social
se creyó que se salvaba,
pero lo echó en un huacal
con Marce, Erika y Chava.
Dicen que es otro rollo
pues la vida no retoña,
y la muerte a Desarrollo
los mató con su ponzoña.
Cuentan que puso queja
por ser una cruel estafa,
que su caja estaba vieja
gritaba el licenciado Rafa.
Pero el abogado “Chato”
pronto a Rafa le exhorta:
“ve a que te defienda el “Pato”
tal vez a él si le importa”.
De educación afin
la Catrina a Cecy entera,
que organice un festín
con la calaca rumbera.
Luego echando un fuerte grito
entre llantos y suplicas,
se llevó al ingeniero Tito
con todo y sus obras públicas.
Faltaba algo en el panteón
pa´ controlarlo… ¡la neta!
Y echó a José Filemón
con su gente a la gaveta.
Y otras gentes le gritaban:
¡Ay Filemón no la amuele,
si vivos no trabajaban
ya muertos… ¡ni quién lo pele!
Quiso huir sin dejar rastro
pero el “Japo” nunca pudo,
la muerte les cayó en Catastro
y a todos los hizo nudo.
De azul es el empaque
donde van a reposar,
los “güesitos” de “El Chaque”
Oscarí y Lupe,… ¡Ni hablar!
Y oyendo tanto relajo
estaban reza que reza,
en su escritorio debajo
Eder y Fausto Meza.
“Ando en busca de un compa
si lo hayo ¡Dios guarde la hora!
la muerte buscaba al “Yopa”
pa’ arreglar su computadora.
Para resguardar el panteón
decía la muerte porfía,
me llevo a su director
y a toda la policía.
Pero la “güesuda” vil
ya había solicitado,
a Protección Civil
de Felipe un zapateado.
En tubo de media pulgada
eso sí se los prometo,
pa´ que el agua salga clara
de filtro pondré a Roberto.
Organízame un partido
entre los buenos y malos,
en el Domo Polideportivo
la muerte dijo a Juan Carlos.
La “güesos” con parquedad
llegó con su flaca figura,
pues se pretendía llevar
la Casa de la Cultura.
Gerardo con mucho civismo
bien la quiso destantear,
diciendo: ¡Aquí es Turismo!
¡Y no nos vas a llevar!
Tu mientes y quiero verte
guiando a todos los turistas,
en el Museo de la Muerte
así es que no te resistas.
La dientona dijo: ¡iré!
en estos mismos instantes,
al Registro Civil a que de fe
doña Lupita Hernández.
Miry y Alex acongojados
sus plegarias pronto elevan,
Lupita… ¡estamos mojados!
porque al panteón nos llevan.
La Catrina requería
del panteón cobrar exceso,
pasó a la tesorería y…
¡No le soltaron ni un peso!
Le decía Toño a Camilo
tu hazte cargo de ella,
dale un contra recibo
y que el año que entra vuelva.
Lo agarró en su mismo horario
casi muerto de terror,
gritando el contralor Mario…
¡No me lleves por favor!
Cargó con los de la basura, fontaneros y demás,
los requirió con ternura
en fosa común nomas.
En el Archivo Municipal
escondido tras un librero,
de la muerte se quiso librar
mi compa Javier Romero.
Quiso seguir bien la pista
e hizo como que iba al baño,
y ahí agarró al cronista
leyendo un novenario.
Le dijo… ¡Vengo por ti!
Antes que venga el demonio,
pues te llevaré solo a ti…
y cargó hasta a con él “Mono”.
Y ya para terminar
la muerte movió sus hilos,
pues mandó el panteón cerrar
a su compadre “El Kilos”.
Pero él con inteligencia
le dijo: “yo no he de ir”
ninguno de la Presidencia
se va a poder salir.
Vuela, vuela palomita
y párate allá donde están,
en el panteón en que habita
la gente del bello Etzatlán.
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