Región
Valles: “Los jóvenes no desaparecen, los desaparecen”
Las cifras oficiales marcan que en la Región Valles
existen 118 personas desaparecidas; sin embargo, en cada uno de sus 12
municipios se conocen muchas historias que quedan fuera del marco
institucional, el cual sólo contabiliza denuncias pero no necesariamente a
todos los desaparecidos que existen en esta región, ya que aquí muchos son los jóvenes que son “levantados”
por la delincuencia organizada, incluso, frente a su propia casa y ante la
presencia de sus familiares. De ahí que el miedo provoque que las familias no
denuncien y, en muchos, casos no busquen a su familiar para no sufrir las
represalias.
Sin embargo, el amor a la familia (al desaparecido)
siempre rompe con todo miedo y silencio y, aún en medio de tal adversidad,
existen familias que denuncian la desaparición de Francisco Javier Cisneros
Torres, Carlos Alberto Flores Uribe, Alejandro Trinidad Escobedo y Jorge Luis
Partida Almaraz. Cuatro hombres que
desaparecieron en la Región Valles y cuatro investigaciones que no arrojan
ningún tipo.
Los desaparecidos en la región Valles de Jalisco.
Infografía: Darwin Franco
Los
desaparecidos de la Región Valles
En el Registro Nacional de Personas Extraviadas o
Desaparecidas (RNPED) se contabilizan 118
denuncias por desaparición de
personas en todos los municipios que conforman la Región Valles; no
obstante, en los datos de la Dirección Regional Valles de la Fiscalía General,
entre 2013 y 2015 desaparecieron en esta región 196 personas (138 hombres y 58 mujeres) pero su “labor
investigativa” ha contribuido a localizar a 72 personas con vida (33 hombres y
39 mujeres) y a 11 sin ella, todos del sexo masculino. Tomando en cuenta tales
datos la Fiscalía de Jalisco sólo busca
a 113 desaparecidos (94 hombres y 19 mujeres) y no a los 118 que aparecen
en el RNPED.
Los municipios que conforman la Región Valles son
Ahualulco de Mercado, Amatitán, Ameca, El Arenal, Etzatlán, Hostotipaquillo,
Magdalena, San Juanito de Escobedo, San Marcos, Tala, Tequila y Teuchitlán. De
éstos únicamente San Marcos no presenta
formalmente denuncias por desaparición; sin embargo, en esta región se
ubica uno de los municipios de Jalisco con mayor número de desaparecidos: Tala, el cual registra oficialmente 45 desaparecidos pero sus habitantes
aseguran que son, por lo menos, 90 jóvenes los que fueron desaparecidos por el
crimen organizado en los dos últimos años.
En esa mismo tenor, está el municipio de Ameca donde las familias de
desaparecidos reconocen la ausencia de más de 120 jóvenes aunque las denuncias
oficiales sólo sean 18.
Y es que la violencia es tal en esta región que entre
2013 y 2015, 103 de los 128 homicidios sucedieron
por el uso de algún arma de fuego. En ambos casos (desapariciones y
homicidios), Tala y Ameca fueron los municipios punteros.
Los testimonios de las familias que cuentan con un
desaparecido en la Región Valles concuerdan en que las desapariciones suceden
por dos circunstancias: la negativa a
trabajar con el crimen organizado y la colusión de las autoridades locales que permiten actuar a estos
grupos con total impunidad. El perfil del desaparecido en esta región es el de
un joven, principalmente varón, entre los 18 y 30 años de edad, los cuales
–como afirman las familias- no desaparecen, los desaparecen: “los que se llevan a nuestros hijos después se andan paseando por el
pueblo, así cómo vamos a denunciarlos”, narró una de las madres que el 31
de agosto del 2014 asistió a la misa por los desaparecidos que se celebró en el
Templo de San Francisco de Asís, ubicado en el municipio de Tala.
Misa por los desaparecidos en Tala. Foto: Darwin Franco |
Hoy a un año de esto, ella se niega a presentar una
denuncia pero continúa buscando a su hijo con todas sus fuerzas. Así lo hacen
también las familias de Francisco Javier Cisneros Torres, Carlos Alberto Flores
Uribe, Alejandro Trinidad Escobedo y Jorge Luis Partida Almaraz, ejemplos de lo
que implica desaparecer en la Región Valles de Jalisco.
¿Dónde
está Javi?
Francisco
Javier Cisneros Torres, Javi, desapareció el 19 de octubre del
2013 en Tala. Desde su desaparición, su madre, María de los Ángeles puede
contar con una sola mano el número de veces que personal de la Fiscalía ha
acudido a su casa o le ha marcado por teléfono para darle alguna información
que le permita saber dónde está su hijo.
Javi desapareció enfrente de su propia casa pues esa
noche éste se encontraba en el domicilio de su amigo Pedro Damián cuando de
pronto un grupo de hombres bajó de una camioneta e ingresó al domicilio. Los
gritos comenzaron, y ahí fue cuando María
de los Ángeles salió corriendo para ver qué pasaba. Su hijo, Javi, no sólo
había sido golpeado sino que también fue llevado por esas personas a borde de
una camioneta.
“Esa noche yo estaba ahí descalza en la calle gritando a
todo mundo que me ayudaran, pero nadie lo hizo. Yo vi a los que se llevaron a
mi hijo pero no eran personas que yo conocía. En mi declaración me exigían que
les dijeras las placas de la camioneta pero yo no las vi porque sólo podía
mirar a Javi todo sagrado de su cara”, precisó María de los Ángeles, quien
después de un año y diez meses no se explica el por qué sólo se llevaron a su
hijo y no a ninguna de las otras personas que vivían en donde ocurrieron los
hechos.
Esto tampoco lo indagaron las autoridades, pues esa misma
noche la familia de Pedro Damián abandonó el domicilio y es fecha en que no se
sabe nada de ellos en Tala. La madre de Javi, incluso, ha llegado a pensar que
lo que provocó la desaparición de su hijo fue su actitud protectora: “Él
siempre cuidaba de sus amigos, así que no dudo que esa noche haya buscado la
manera de defender a Pedro. Él es muy protector”.
Francisco
Javier Cisneros Torres hoy tiene 32 años, es un joven alto de tez
morena que le gusta de tener su cabello a rapa y que además está orgulloso de
cada uno de los tatuajes que dibujan su cuerpo. Muchos de ellos fueron
realizados por su hermana, Nansi: “Nunca dejaré de luchar hasta encontrar a
Javi, lo único que queremos es localizarlo. En esta búsqueda hemos investigado
muchas cosas, pues yo me cansé de estar esperando. Incluso, yo fui quien se
metió a la casa de donde se lo llevaron y tomé las fotografías de cómo quedó
todo. Ahí estaba su sudadera llena de sangre y nadie hizo peritaje alguno,
tampoco fueron capaces de indagar la relación entre el amigo de Javi y los hombres
que se llevaron a mi hermano”, precisó Nansi con indignación.
Desde la página de Facebook, Justice for Javi, Nansi no
deja de compartir la fotografía de su hermano, así como tampoco ha dejado de
insistirle al resto de las familias de Tala que se junten para exigir a las
autoridades que los busquen. En Tala existe miedo pero María de los Ángeles y
Nansi, no cesarán hasta que Javi regresé
con ellas y con su pequeña hija.
Madre de Francisco
Javier Cisneros, un joven desaparecido en Tala. Foto: Paloma López
En
Ameca, las historias se repiten
Son 41 kilómetros los que separan a los municipios de
Ameca y Tala; sin embargo, es mucho el dolor que los une, pues ambos
territorios forman parte de un corredor donde la violencia y las desapariciones
pueden contarse casi pueblo por pueblo.
Carlos
Alberto Flores Uribe es originario de Ameca, él desapareció el 13
de mayo del 2013 cuando salió de su casa abordo de un vehículo Honda color
blanco. De él no se supo nada más, aunque su auto sí apareció calcinado en la carretera
que une los municipios de Ahualulco de Mercado y Etzatlán, ambos de la Región
Valles.
Su madre Marta, no ha dejado de buscarlo. En su andar ha
ido identificando que las desapariciones en Ameca son más frecuentes de lo que
ella imaginaba antes de pasar por este calvario. Hoy sabe que hay más de 120 jóvenes desaparecidos que tienen
una edad muy similar a la de su hijo. Carlos Alberto hoy tiene 29 años: “Hace
tres años empezaron los levantamientos en Ameca, nosotros somos de allá, y a la
fecha hay muchos desaparecidos. Hemos ido con el Ministerio Público a preguntar
qué saben de mi hijo y la respuesta es que no hay ningún avance en la
investigación”, explicó Marta, la cual ha hecho de todo por tener, al menos,
una pista que la pueda llevar al paradero de su hijo.
En
la tierra del tequila
Alejandro Trinidad Escobedo pocas veces salía de casa de
su madre Raquel, pero ese 11 de mayo del 2013 decidió acompañar a un amigo a un
funeral que se celebraría cerca del municipio de Tequila. Su regreso se
prolongó más de lo esperado y ahí fue cuando la esposa de Alejandro y Raquel
comenzaron a buscarlo por su celular, quien les contestó fue un hombre de voz
ranchera que pidió dinero a cambio de la libertad de Alejandro. La cantidad que
les pedía era inaccesible para ellas.
Después de esa llamada ya no supieron nada ni de Alejandro ni del extorsionador, así que
la búsqueda la emprendieron por su cuenta pues pronto supieron que la autoridad
no les ayudaría en nada porque a Raquel la trajeron de Tequila a Guadalajara y
viceversa pero en ningún lado le dieron información de lo que han hecho para
encontrar a su hijo: “En estos dos años y medio no tengo ningún avance; al
contrario, lo que he encontrado es alteración en mis declaraciones y eso es
terrible porque yo nunca criminalizaría a mi hijo”.
“Nosotros
le llamamos”
Mientras que el Fiscal General, Eduardo Almaguer, presumía los tres operativos que emprendieron
para la localización del joven Gabriel de la Peña Díaz, en el municipio de
Teuchitlán a la familia de Jorge Luis
Partida Almaraz, quien desapareció el 23 de agosto de este año, el
ministerio público que les tomó su declaración y les dijo que él les llamaría.
Jorge Luis es un joven de 23 años que trabaja en los
campos agrícolas de Teuchitlán. El día en que desapareció (23 de agosto), éste
salió de su casa a bordo de un Tsuru rojo con placas JHE1428, era un domingo de
paseo como cualquier otro; sin embargo, Jorge Luis no regresó. A los dos días,
el 25 de agosto, su familia presentó la denuncia por desaparición; sin embargo,
es fecha en que nadie de la Fiscalía les ha llamado o visitado: “Nosotros
presentamos la denuncia y nos dijeron que esperáramos su llamada… pero nadie
nos ha hablado y nadie nos dicho nada de mi hijo”, explicó Verónica, madre de
Jorge Luis.
El Fiscal, Eduardo Almaguer, informó que del 15 de julio
al 30 de agosto, la Fiscalía localizó a
81 de las 196 personas que desaparecieron en ese lapso de tiempo y que en
todos los casos realizaron operativos como los empleados con Gabriel de la
Peña. Un asunto contradictorio siendo que la familia de Jorge Luis Partida
Almaraz aún sigue esperando que el
personal de la Fiscalía les llame para decirles cómo es que están buscando
a su hijo.
Cero
vínculos, cero respuestas
El 26 de septiembre del 2014, en Tala, la Fiscalía
General detuvo a siete integrantes del
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes confesaron que no sólo se
dedicaban a “levantar y desaparecer personas” que se negaban a trabajar para
ellos sino que además los trasladaban a campamentos donde luego de torturarlos,
los asesinaban. Estos campamentos –dijeron- que se ubicaban entre los límites
de Tala y Ameca.
Era tal peligrosidad de los detenidos que la Fiscalía los
entregó, ese mismo día, a la Subprocuraduría Especializada de Investigación en
Delincuencia Organizada perteneciente a la Procuraduría General de la República
(PGR). No obstante, la Fiscalía no dio mayor información del tema ni de los
resultados que personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses obtuvo
de los restos localizados en dichos campamentos. Cuestión clave para determinar
si éstos se relacionan o no con las desapariciones de la Región Valles.
En relación a los detenidos también se mencionó de su
posible participación en la desaparición de Ricardo Hernández Garduño, director de la policía del municipio de
Ahualulco de Mercado, del cual no se sabe nada desde el 19 de junio del 2014.
Sin embargo, ni la Fiscalía ni la PGR han dado información sobre el tema. Silencio total.
Francisco Javier, Carlos Alberto, Alejandro y Jorge Luis,
así como Ricardo Hernández Garduño, hoy continúan desaparecidos. Las cifras
oficiales marcan que en la Región Valles existen 118 personas desaparecidas, la
realidad –sin embargo- es aún más dolorosa para las familias que por la
violencia y el miedo no se atreven a denunciar ni hablar del tema. No obstante,
el amor al desaparecido, como
expresara la familia de Javi, debe comenzar a vencer el miedo para iniciar la
búsqueda.
*Esta es la
segunda entrega de la investigación titulada “El tortuoso camino de quienes buscan a los desaparecidos enJalisco”, una radiografía de cómo está el segundo estado con más
desaparecidos de México.
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