El 31 de diciembre de 1905 nace en Etzatlán, Salvador
Landeros Uribe, músico, dibujante y excelente cronista que escribió sus
memorias basándose en sus trabajos y experiencias dentro de las minas. Conoció
muy de cerca las obras realizadas en los minerales de El Amparo, La Calabaza y
La Vencedora. Se retiró de este último en el mes de febrero de 1968. Pero hasta
el final de su vida siguió haciendo sus investigaciones en otros minerales.
1912. Se abre la primera escuela en El Amparo, fue
apoyada en su totalidad por la empresa minera. Con datos del Ing. Salvador
Landeros Uribe. (1)
Hombre inquieto,
amante de las minas y sus encantos. Nace en la transición del domingo 31
de diciembre de 1905 y el lunes 1 de enero de 1906 en la Cd. de Etzatlán
Jalisco.
Siendo muy pequeño, se muda con su madre al mineral de
"El Amparo". Este acontecimiento marca lo que será su vida
profesional.
Su temprana inteligencia lo hizo ser considerado para
varios trabajos sencillos cuando era un niño, mostró gran habilidad para el
dibujo y la música, pasiones que tuvo hasta el final de sus días.
Alrededor los 12 años aprende dibujo lineal y mecánico,
conocimientos que le abren las puertas de la industria minera. Uno de sus
primeros mentores fue el Ingeniero Manuel Tejeda, quien le enseña el campo de
trabajo como académicamente. Más adelante es invitado a salir de El Amparo y
trabajar como dibujante en una mina cercana. Fue llamado a la Gerencia por Don
Santiago Howard, quien le dijo:
“Salvador, tenía mucho tiempo que no lo veía y me da mucho gusto que sea usted
la persona recomendada para los trabajos necesarios en la nueva instalación de
la Planta de Beneficio en La Mazata, ¿acepta estos trabajos?” , con el entusiasmo que lo caracterizaba toma
este reto y continuo con su formación en mecánica, gestión y manejo de
personal.
No fueron pocas las ocasiones en las cuales tuvo que
enfrentar problema de distinta índole, pero siempre su paciencia, sabiduría y
valores lo sacaron adelante. Fue ejemplo de honestidad y congruencia para sus
compañeros de trabajo y familia.
La calidad en su desempeño lo hizo recorrer el
territorio: Durango, Chihuahua, Zacatecas,
San Luis Potosí, Jalisco entre otros. Trabajo en compañías como la
Industria Peñoles, importante organización en la extracción de minerales.
En Durango conoce a su esposa Rita Silveira Vargas, con
quien tiene 5 hijos. Sobrevivieron 4 de ellos: María Elena, Elia Ruth, Eloy y
Joel. A través de los ojos y los relatos
de su padre, aprendieron a valorar la riqueza y misterio que entrañan las
bocaminas, los túneles y las zonas mineras.
Después de mucho trabajo decide descansar en su terruño,
Etzatlán. Permaneció algunos años dedicado al comercio. Eventualmente realizaba
trabajos topográficos, para no dejar de sentir el calor de sus herramientas de
trabajo. Sin embargo, la vocación llama y no pudo resistir la invitación para
continuar con los trabajos en las minas. Colabora un tiempo y regresa a su
casa.
Nuevamente es invitado y a sus 78 años pero esta vez a
Chihuahua. Tiempo después se retira y dedica
a recoger un poco de su historia. El Amparo y Etzatlán siempre
estuvieron en su corazón, por esta razón decide recabar información de ambos
sitios, recaba anécdotas, revisa documentos que están vertidos en este
texto..(2)
Memorias de la vida en la mina El Amparo, Etzatlán,
Jalisco; la tranquilidad, la tragedia y siempre un montón de música
Escrito de Salvador Landeros Uribe
Nací en lo que entonces se llamó la Villa de Etzatlán en
el estado de Jalisco el 31 de diciembre de 1905. A la edad de tres meses, fui a
vivir en un lugar remoto llamado Amparo donde mi madre había sido contratado
para nodriza Fany, la hija recién nacida del señor Santiago Howard, gerente de
la Compañía Minera de Amparo.
Una de las
personas de mi infancia que nunca podría olvidar era un hombre con una sola
pierna quien todo el mundo llama ambición (Poca Lucha).Este hombre no podía
trabajar, pero él tenía un talento especial: se sabía de memoria todas las
historias de las Mil y una noches.Nosotros, los niños de todo les gustaba
juntarse con él por la noche para escuchar sus historias.
Y así fue como pasé mi tiempo antes de llegar a la edad
escolar, escuchando esas historias y de juego. Fue un momento de paz.
Me enamoré de la música a temprana edad. Cada vez que
escuchaba la música que juega cerca de la oficina principal, me gustaría ir a
escuchar. Los valses de la época eran tan exquisita sentí que estaba en el
cielo y cuando un quinteto de cuerda jugaría ellos en la salida del sol, por
eso, incluso los perros dejaron de ladrar y se animó a sus oídos para escuchar
con atención.
El Amparo se encuentra a 65 kilómetros al oeste de
Guadalajara y desde hace muchos años sus minas de plata eran las más ricas de
Jalisco. El ingeniero Salvador Landeros creció en las minas y, finalmente, se
convirtió en director general de todas las operaciones.(3)
Fuentes:
1: Ayuntamiento de Etzatlán.
2 Academia Latinoamericana de Literatura Moderna.
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