La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 2003 el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de que alrededor del mundo se implementen y promuevan acciones para prevenir este problema de salud pública.
En México, pese a la existencia del Programa Nacional para la Prevención del Suicidio, los números han ido al alza en los últimos años. Mientras en 2017 la tasa de suicidio fue de 5.3 casos por cada 100 mil habitantes, es decir, 6 mil 494 suicidios registrados, para 2022 aumentó a 6.3, o sea, 8 mil 123 muertes por esta causa.
"Esto equivale a mil 629 suicidios más en 2022 con respecto a los ocurridos en 2017. Por lo tanto, el suicidio sí debe ser considerado un problema primordial en los esquemas y proyecciones estratégicas de la salud pública en nuestro País", comenta a REFORMA la doctora Marta Georgina Ochoa, jefa del Servicio de Psiquiatría en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE.
"Actualmente, el suicidio es la segunda causa de
muerte entre jóvenes en México", continúa la especialista en psiquiatría
con subespecialidad en psiquiatría infantil y de la adolescencia. "Podemos
apreciar un aumento en la prevalencia de los trastornos depresivos y ansiosos
en los niños. La tasa de suicidio, en consecuencia, creció un 20 por ciento
entre jóvenes en México durante un periodo de cinco años".
Además de los padecimientos de salud mental, otros factores de riesgo en los
adolescentes son tener un historial de abuso físico o sexual; antecedentes
familiares de conducta suicida, y las orientaciones de la diversidad
sexogenérica -homosexualidad, bisexualidad, identidad transgénero o de género
no conforme- sin acompañamiento terapéutico, apunta Ochoa.
"Me gustaría desaparecer", "quisiera no existir", "¿qué pasaría si yo no estuviera?". ¿Ha escuchado a algún familiar, amigo u otra persona decir algo así?
"Y muchas veces, para la persona que está teniendo
este tipo de pensamientos, el simple hecho de verbalizarlo, de decir: 'Sí, sí
he llegado a pensar en quitarme la vida', baja el nivel de ansiedad y el nivel
de estrés", agrega el especialista, refiriendo que entre quienes han
llegado a contemplar el suicidio "a la vez no hay un deseo inminente o
rotundo de hacerlo".
De ahí que, en cuanto se identifica que una persona puede estar teniendo ideas
suicidas, una forma de ayudarle sea abrir un canal de comunicación empático para que
pueda hablar de cómo se está sintiendo, sin que se le invalide o minimice, como
a veces sí hacen los padres con sus hijos.
"Simplemente, hacerle saber a la persona que ahí estamos; hacerle entender
que si necesita hablar, que si necesita expresar el cómo se está sintiendo, lo
que está pensando, no lo vamos a regañar, no lo vamos a criticar. Simplemente
queremos saber su perspectiva, queremos saber qué está pasando con él, para
tratar de buscar en conjunto una forma de ayudarle", subraya Ahumada.
Para cuando ya se ha intentado acabar con la propia vida,
lo primero y más importante es buscar atención especializada, indica Ochoa,
pues "los intentos de suicidio no son fallas del carácter ni surgen de la
nada, por tanto, no se deben catalogar como afecciones que puedan resolverse
fácilmente en el entorno familiar".
Y aunque la doctora reconoce que el tema de la atención a la salud mental aún se
considera por muchos un lujo, "particularmente en países con asimetrías
sociales y económicas tan grandes como el nuestro", lo cierto es que
muchos servicios de salud pública cuentan ya con protocolos que consideran al
suicidio como una urgencia médica que debe ser atendida dentro de los esquemas
de atención usuaria.
"En el ISSSTE, por ejemplo, se ha implementado el Código Morado, que es
una Guía Operativa de Manejo Integral de Urgencias en Salud Mental, que
considera la asignación de camas en hospitales para atender a pacientes con
síntomas agudos, como el suicidio", ilustra Ochoa.}
Atención a las señales
Existen varios signos de advertencia de que alguien
puede estar en riesgo inmediato de un intento de suicidio. Preste atención a
quien hable de:
- Querer morir o desear acabar con su vida
- Sentirse vacío o desesperado, sin motivos para vivir
- Que no hay ninguna solución
- Ser una carga para los demás
- Sentirse muy culpable o avergonzado
Otro indicativo pueden ser conductas como:
- Alejarse de familia y amigos
- Regalar posesiones importantes
- Despedirse y poner sus asuntos en orden, como hacer un testamento
- Asumir riesgos, como manejar rápido y con imprudencia
- Cambios drásticos de humor
- Abuso en el consumo de alcohol y otras sustancias
- Mostrarse ansioso o agitado
- Cambios en los hábitos alimenticios o de sueño
En Jalisco el teléfono 075 fue habilitado para brindar atención y acompañamiento a las personas que atraviesan episodios de ansiedad o depresión. Si experimentas este tipo de emociones, recuerda que no estás sola ni solo. Pide ayuda y cuida tu salud mental las 24 horas del día todo el año.
¿Dónde buscar ayuda?
- Línea de la vida: 800 911 2000
Fuente: Grupo Reforma / Peri´dico Mural / Israel Sánchez
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