Artísta plástico de la Región de Los Valles
A partir del año 2007, el Ayuntamiento de
Ameca, de manera permanente dio inicio a una secuencia, al momento interminable
de muestras plásticas, de artistas tanto locales, como regionales e igual trato
se le dio a creadores procedentes de otras entidades. Para ello se
acondicionaron espacios de exhibición con reflectores especiales en los
pasillos de su Presidencia Municipal y las salas y pasillos de la Casa de la
Cultura de esa ciudad, por lo que al momento, se podrían contar por docenas,
quienes han promovido su trabajo en esos espacios públicos dedicados al fomento
del arte. Cosa, hasta cierto punto rara, - pero muy buena -, tratándose de
instituciones municipales, por la idea que se tiene de que éste género artístico,
poco se promueve en los pueblos o en pequeñas ciudades.
Es el caso, que en el marco del XXXIV
Aniversario del Agosto Cultural de esa ciudad, son varias las exposiciones que
se muestran al público asistente, entre las que se encuentran: "Magueyes y
Carreteras", de Salvador Rodríguez. Enrique Hooll, con su exposición
titulada: "Polifonía Plástica", Adriana Rivera con su colección
"Un poco de mi", Alfredo López con otra de las exposiciones, y una
más que se exhibe como si se le hubiese insertado a mazo y cuña, "como de
a mentis", como queriendo que no quede en el olvido burocrático -puesto
que a diferencia de otras, la de ese autor, Francisco Contreras Montaño, tan
siquiera fue inaugurada de manera oficial- en virtud de que se colocaron sus pinturas
como para rellenar ciertos huecos o vacíos de los pasillos de la Casa de la
Cultura de esa ciudad.
Sin embargo, y no obstante que el tamaño de
las obras contrasta con el formato de las otras, esa obra, la olvidada, nos
habla de un trabajo que emerge de la mano de un docto del pincel, que sin tanto
espaviento, a escala, nos brinda a manera de muestra, la grandeza de su
trabajo, que al igual, y al margen de su procedencia alardeante y sencillamente
humilde, sólo basta observar algunos trazos y picelazos, para ejemplificarnos
la calidad, nitidez, y grandeza de su alcance, cual ermitaño maestro y el
presente, más que una nota a la totalidad de trabajos allí expuestos, va como
un tributo y reconocimiento, a quien por la pureza y dominio absoluto de la
obra que en esta ocasión exhibe, y en lo que a esta faena corresponde, se lleva
las palmas, no obstante ser la exposición más escasa y olvidada del XXXIV
Aniversario del Agosto Cultural, con lo que se demuestra que tamaño y cantidad,
no siempre son sinónimos de calidad, aunque cabe hacer la aclaración, que ni
remotamente se trata de un concurso o competencia y en ningún momento se le
resta mérito a las demás obras allí expuestas.
El arte sacro fue uno de sus temas de
inspiración favoritos desde un principio, realizados en una técnica donde se
manejaba el claroscuro con pintura al óleo sobre pergamino. Los bodegones,
retratos y paisajismo, son otros temas que llegó a manejar con un estilo
detallado. Ahora realiza la técnica óleo sobre lienzo y, como reto, sus obras
son minimalistas con temas frutales. Su última tendencia es el hiperrealismo,
por medio de latas de los refrescos más populares, con cadenas, lazos, bolsas
de papel arrugadas, con grapas y puntadas de alambres, que tiene como mensaje,
la reflexión de los sentimientos y emociones humanas, personificadas por medio
de este material reciclable, tan común hoy en día.
Es posible que en un futuro según sus
planes, también realice trabajos con estilo abstracto en formato mediano. Sus
proyectos inmediatos es exponer sus obra, en lugares que hasta ahora no las
conocen, como la ciudad de Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey, así como
comunidades cercanas, y quizá, Puerto Vallarta y Chapala entre otras.
Para él, es bien conocido que sin un
esfuerzo y tenacidad, los sueños no se logran, pues permanecer entre las
adversidades como el tocar puertas una y otra vez, el sentir el rechazo de los
directivos o funcionarios de institutos culturales, y el sube y baja de crisis
económicas, lo hacen continuar firme en sus planes para no obstante eso,
exponer nuevamente.
Francisco Contreras Montaño, nace en
Etzatlán Jalisco, en el año de 1973, en el seno de una familia humilde, siendo
el séptimo de nueve hijos. Fiel a la tradición de estudiar y prepararse, siguió
los pasos de sus hermanos, graduándose como licenciado en educación primaria en
el año de 1995, en la escuela normal del mismo municipio.
1997 fue una fecha importante en su vida,
pues en ese año, inicia su trabajo dentro de una galería en la ciudad de
Guadalajara, donde por dos años, al margen de realizar restauraciones, al mismo
tiempo trabajó un mural para su tierra, el cual se encuentra en la parroquia de
Etzatlán, bajo un tema de carácter religioso, en alusión a la vida y obra de
San Francisco de Asís y justo en ese tiempo, en que recién lo había terminado,
alguien llegó a preguntar por el pintor, ofreciéndole un trabajo, que si bien
es cierto, en principio no le permitió desarrollar su propia creatividad, pues
éste consistió en reproducir obras de grandes pintores, sí le permitió,
adquirir mucha habilidad, facilidad y destreza para igualar tonalidades,
colores, expresiones, detalles sutiles, y a la vez, conocer distintas
corrientes y escuelas de arte plástico, que luego, con el paso de los años, y
tras distintas formas de experimentar, le permitieron trazar su propio camino,
y definir su estilo, y por qué no, estilos, puesto que el maestro, ha
experimentado como pocos pintores jóvenes lo hacen, pues en esos principios,
prácticamente pintó a destajo, con diferentes técnicas, que luego nos hablarían
y se traducirían, en una simbiosis artística, envidiable para no pocos de los
artistas plásticos reconocidos y cotizados, en el difícil camino del arte.
Fue así como comenzó a trazarse esta
inclinación que el destino le tenía preparada, y hoy, después de dieciséis años
de aquel encuentro con un galerista, continúa trabajando obras que seguramente,
con base a sus resultados, y su propio y solitario esfuerzo, paulatinamente lo
llevarán a conocer gente y ciudades que contribuirán al desarrollo de sus
sueños y quizá, haya lugares donde sus colores adornarán espacios de paredes
vacías, a la espera de una obra de arte como las que este insigne artista viene
desarrollando desde un humilde rincón jalisciense, en la localidad donde radica,
combinando sus labores de docente y artista y a la vez formando nuevas
generaciones de jóvenes artistas plásticos, desde la Casa de la Cultura de esa
ciudad, que es, la de Ameca Jalisco.