A medida que las actividades humanas y el calentamiento global arrastran al mundo a su fin, un proyecto de conservación realizado por científicos ha demostrado que un pequeño paso puede provocar un gran cambio en la naturaleza.
El pez tequila, que se extinguió en estado salvaje hace unos 20 años en México, ha regresado a su tierra natal después de un minucioso trabajo. Los expertos, al afirmar que se trata de una rara historia de éxito, anunciaron que han comenzado un nuevo proyecto para otros animales extintos.
El pez tequila, declarado extinto en estado salvaje, fue reintroducido a su tierra natal de México después de ser criado en un acuario en el zoológico de Chester en Inglaterra.
El pez tequila (Zoogoneticus tequila), que no crece más de 7 centímetros, se extinguió en estado silvestre en 2003 debido a la introducción de especies de peces exóticos invasores y la contaminación del agua.
La especie, que lleva el nombre del volcán Tequila que aparece al norte de su hábitat natural, fue descubierta en 1990 en el río Teuchitlán en Jalisco, suroeste de México.
Los ambientalistas del zoológico de Chester y la Universidad de Michoacana, México, en colaboración con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), liberaron más de 1,500 peces al río.
Estudios recientes han confirmado que el intento fue exitoso y los peces comenzaron a reproducirse en Teuchitlán. Los expertos anunciaron que ya han establecido un plan para la futura reintroducción de otras especies de peces en peligro de extinción, junto con una misión de rescate de otro pez, la skiffia dorada (Skiffia francesae), que se encuentra actualmente en curso.
Profesor de la Universidad de Michoacana, México. Dr. Omar Domínguez, en un comunicado sobre el tema, dijo: “Una especie de pez extinto ha sido reintroducida con éxito por primera vez en México. Este es un proyecto que sienta un precedente importante para la protección de animales en peligro y en peligro de extinción.
Por otro lado, en 1998, cuando comenzó el proyecto de conservación, la unidad de biología acuática de la Universidad de Michoacana, México, compró cinco parejas de peces del zoológico de Chester. Estos 10 peces formaron una nueva colonia en el laboratorio de la universidad, que los expertos observaron de cerca durante los próximos 15 años.
40 peces machos y 40 hembras de la colonia fueron liberados en grandes estanques artificiales en la universidad antes de que los peces tequila fueran liberados en su tierra natal, el río Teuchitlán. Esto los expuso a un entorno seminatural donde encontrarían agua ondulante, competidores potenciales, depredadores como parásitos, aves, tortugas y serpientes. Cuatro años después, se le informó a la persona que esta población aumentó a 10 mil peces.
El curador de vertebrados e invertebrados inferiores del zoológico de Chester, el Dr. Gerardo García dijo que la exitosa reintroducción es un momento crucial en la batalla por la conservación de las especies: "Es un verdadero privilegio ayudar a salvar a este carismático pececillo, y demuestra que con la habilidad y experiencia de los conservacionistas, las especies pueden regresar de sus hábitats. Nature's historia global de la humanidad "." Con la aceleración de la tasa de extinción sin precedentes, esta es una rara historia de éxito. Ahora tenemos un plan para lo que funciona para salvar esta sensible especie de pez en México, y ya hemos pasado a la siguiente . Ya ha comenzado una nueva misión de rescate para el skiffia dorado ".
El equipo de Omar Domínguez, de la Universidad Michoacana, lideró el
proyecto. "Esta es la primera vez que una especie extinta de peces ha
sido reintroducida con éxito en México, por lo que es un verdadero hito
para la conservación", aseguraba el científico. "No podríamos haber
hecho esto sin la gente del lugar, ellos son los que permiten que la
conservación sea a largo plazo", concluía Domínguez.
El pez tequila vuelve a nadar en las aguas del río Teuchitlán, en Jalisco, gracias a un proceso de rescate y reintroducción de la especie, noticia que ha hecho felices a los biólogos de todo el mundo a fin de año. Mide apenas ocho centímetros y pesa 15 gramos, pero el tequila picote, que también se llama, así como otros de la misma familia, los goodeidae, son valiosos para los biólogos conductuales y evolutivos por su condición de vivíparos, es decir, las hembras. son fecundadas y pasan por un embarazo de nueve meses.
Pero primero habrán elegido pareja, lo que obliga a los machos a bailar correctamente y mostrar el mejor color en la cola o las aletas. Un tono anaranjado intenso le dirá a la hembra que este ejemplar ha sobrevivido, a pesar de su atractiva apariencia, a la depredación de otros seres acuáticos. Y lo considerará adecuado. Pero el avance industrial y agrícola ha ido depositando contaminantes en los ríos mexicanos, afectando seriamente la reproducción de los goodeidae. Ya no lucen tan bonitos colores y nacen con alteraciones neurológicas que dificultan el baile que atraía a las hembras. En definitiva, ya no hay machos como los antiguos: los goodeidae están en peligro de extinción.
México es, junto con Asia, el único lugar donde se crían estos pececillos. Pero México también es un país con el 70% de sus ríos contaminados.
Mal negocio. El tequila o gallo solo existía en el río Teuchitlán, en Jalisco. Y su presencia se perdió a partir de 1992. En años posteriores aparecieron algún ejemplar o varios, pero poco después se consideraron extintos. En 2003 perdió definitivamente la pista. Los esfuerzos de varios departamentos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, liderados por el científico Omar Domínguez, han logrado ahora devolverlo a sus aguas originales. Afortunadamente, algunos centros de investigación de Reino Unido y Estados Unidos estudian esta especie en cautiverio y algunos zoológicos, como Chester, las conservan, lo que les ha permitido reproducirlas y reintroducirlas en su hábitat. Fue el primer intento en toda América Latina de repoblar un pez vivíparo, dicen científicos de Michoacán en su sitio web. Y lo han conseguido.
Los humanos no comen tequila picote, pero las especies invasoras, como la tilapia o la carpa, se divierten con ellos. El manantial de Teuchitlán también ha sufrido construcciones como presas o balnearios que han fragmentado el ecosistema donde se desarrollaban los peces pequeños. Además, el ganado bebe en el único refugio del tequila, que es, precisamente, en la ruta del tequila, por tierras de Jalisco. ( Fuente. El País)
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(Chester Zoo)
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Este pez se caracteriza por su color rojo o amarillo en su aleta trasera, no mide más de 70 milímetros de largo y es endémico del río Ameca, en el Estado de Jalisco.
Su desaparición de las aguas del Teuchitlán se produjo por la contaminación del agua y la llegada de especies exóticas invasoras. El proyecto es determinante, puesto que demuestra que es posible salvar especies y ecosistemas de agua dulce que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es uno de los más amenazados.