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08 noviembre 2019

Visite Las Jiménez en Etzatlán Nov/19


“La ex hacienda de beneficio Las Jiménez, este increíble lugar lo conocí hace unos 30 años, posteriormente, una o dos veces al año me iba a acampar yo solo a este bello lugar enclavado en plena sierra, donde hice grandes amigos, había una quietud mágica, cuando yo iba vivían no más de 10 personas, pero en su apogeo unas mil, hoy unas 50, llegaba caminando desde Ahualulco, que está a unos 14 km. y luego estando ahí me iba caminando de paseo a Piedras Bolas a 15 km. aprox, difícilmente las fotos logran plasmar la grandiosidad del lugar.

En este lapso de 30 años el deterioro ha sido radical. El año pasado cuando tomé estas fotos, con tristeza vi el gran daño del tiempo y de los pobladores, es un pesar que ninguna autoridad proteja estos lugares históricos tan importantes, dado que Las Jiménez fue muy importante en la historia, fue hacienda de beneficio (donde se extrae el metal de la piedra) de dos minas importantes de la región, propiedad de la estadunidense Amparo Mining Company, desde donde partían grandes malacates que traían la piedra de forma aérea a Las Jiménez, también se asentaban ahí los transformadores de electricidad y motores que abastecían la región.
A mí me tocó ver aún en pie el teatro, hoy fincaron una casa sobre esos fuertes cimientos de piedra y tumbaron criminalmente lo que quedaba de adobe de la histórica edificación, hay una pequeña comunidad asentada en el lugar, eso ha aumentado el deterioro de los edificios antiguos, pues estas personas cubren sus necesidades sin importarles en lo mínimo las edificaciones.
La gerencia de la empresa Amparo Mining Company se asentaba en la población de El Amparo, a 3-4. km. de Las Jiménez, era una edificación impresionante hoy casi nada queda (fotos).



Hay mucha historia enclavada en la región, desde estas poblaciones de Las Jiménez y El amparo, salieron muchos obreros hacia las filas maderistas, el mismo superintendente de la empresa Ing. Amado Aguirre y Santiago apoyó a los maderistas, de quienes obtuvo protección para no dejar de trabajar. Luego en 1927-1929 David Alfaro Siqueiros encabezaba aquí un sindicato minero rojo en la región.
Se dice que había varios miles de personas asentadas en estas poblaciones serranas, solo en El Amparo casi dos mil (hoy día 66), en Las Jiménez y El Amparo había teatro y mercado, había electricidad antes que en Etzatlán y Ahualulco, además se invitaba al Circo Atayde Hermanos a presentarse en El Amparo.
Hay historias encontradas, como dicen, la historia diverge dependiendo de quien la viva y como la viva, por un lado se habla de gran bonanza en la región, pues producía mucho oro y plata, había electricidad y teléfono, había una orquesta de niños en El Amparo además del circo se presentaba otros artistas y espectáculos. Esta empresa (Amparo Mining Co.) fue la única que siguió operando durante la revolución por tanto había más bonanza que en otras regiones puesto que la economía seguía fluyendo en ésta región.





Por el otro lado, se habla de gran explotación al obrero minero, con gran cantidad de accidentes y muertes por las precarias medidas de seguridad, luego estaban las tiendas de ralla y el papel moneda y vales para comida que se imprimía para pagar a los trabajadores (fotos), de tal manera que el dinero se quedaba en la empresa.
Las Jiménez se encuentra a unos 18 km desde Etzatlán por una terracería buena hasta El Amparo y de ahí a Las Jiménez algo accidentada, por poco más de tres km. Y a unos 16 km. desde Ahualulco por buena terracería hasta Tiro Patria y de ahí a Las Jiménez solo para vehículos altos.
Enclavado en plena sierra edificaron y equiparon una moderna y eficiente hacienda de concentración y cianuración conocida como Las Jiménez, que les permitió aprovechar los abundantes minerales de baja ley que había en las dos minas, Amparo y Piedra Bola.
Además en Las Jiménez había una moderna casa de máquinas con los suficientes motores para distribuir electricidad y potencia a las minas, la electricidad la suministraba la Compañía Hidroeléctrica de Chapala. Había instaladas también dos líneas de cable aéreo con una extensión de dos kilómetros cada uno para transportar los minerales de La Embocada (El Amparo) y Piedra Bola a la citada hacienda.
PARA LOS QUE LES GUSTA LA HISTORIA, MÁS DATOS DUROS:
La hacienda de Las Jiménez no era silenciosa para nada, requería de 870 caballos de fuerza repartidos en 27 motores, lo que daba un total de 1.397 caballos de fuerza eléctrica que consumía toda la negociación, minas y hacienda. Esa planta de beneficio contaba con 50 mazos de 1.200 libras (544 kg) cada uno, para para cada diez mazos se tenía un tanque separador, uno concentrador Willfly para las arenas y uno Johnson para las lamas; había dos tanques Dorr para los 50 mazos y cuatro molinos tubiformes que recibían las arenas provenientes de los Dorr; cada molino tenía un separador del cual salía la lama para los tanques de agitación y las arenas para los de percolación. Tenía además tres tanques Pachuca, 6 tanques de agitación de tipo anticuado y 8 de percolación de 100 toneladas de capacidad cada uno. En 1916 se beneficiaban 300 toneladas de mineral cada día con una ley media de 290 gramos de plata y ocho de oro por tonelada con un aprovechamiento del 90,5% de los valores contenidos, correspondiendo en la concentración 20% del oro y 13,5% de la plata, y en la cianuración 73,2% del oro y el 75% de la plata, o sea, en total, el 88% de la plata y el 93% del oro.
En 1913, había un salario mínimo para los peones que era de 70 centavos el día, 1 peso para los carreteros, 1,5 para los barreteros, 3 para los perforistas, 1,75 para los ayudantes de perforistas, de 2 a 3 pesos para los malacateros, 2 pesos a los carpinteros y 8 para los mecánicos.



el de traje es James Howard gerente general de la empresa minera estadounidense Amparo Mining Company
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La minería en Etzatlán, ya se explotaba mucho tiempo antes de la llegada de los españoles
En 1543, don Juan Fernández de Hijar descubrió las minas de Etzatlán, Guachinango, y Guajacatlán
Ya en el siglo XVIII, fueron muchas las minas que se explotaban, como las de Bolaños, Hostotipaquillo, Amatlán de Cañas y las de Etzatlán. Los españoles veían con mucho interés las minas de la Nueva Galicia, augurando grandes riquezas en los Cantones de Etzatlán, Autlán y Lagos, por el año de 1802.
La época en la que tuvo más bonanza, la minería fue haya por los años de 1909 a 1925, en la mina de “El Amparo” y posteriormente fue en la mina “La Calabaza” por los años cuarenta.
Según nos dice en uno de sus escritos la connotada maestra etzatlense, Luz María Correa, cuando nos comenta de la penetración capitalista, en los tiempos de don Porfirio, cuando los movimientos económicos y sociales sucedieron en Etzatlán, en la primera década del siglo XX, ante la facilidad que se le ofreció a la inversión extranjera.
Con la introducción del ferrocarril, llegó el capitalismo y la modernidad, ya sea en la manera de extraer, como en el beneficio de los minerales.
El resultado fue a vistas de todos exitoso, llegando a Etzatlán, la actividad y la bonanza, junto con gente de distintas partes del interior de la República y algunas cuantas del extranjero.
Pronto se poblaron los minerales de El Amparo, Piedra Bola, La Mazata, y la Hacienda de Beneficio, Las Jiménez.
A mediados de 1903, la compañía minera La Armonía, vendió las minas San Juan y Santo Domingo, junto con el rancho de La Embocada (hoy El Amparo), una compañía americana, quienes le cambiaron el nombre al de El Amparo estas minas fueron adquiridas por la cantidad de 320,000 pesos.
La Amparo Mining Company, era una compañía americana con sede en la ciudad de Philadelphia, E. U. incorporada según las leyes de New Jersey, con un capital social en 1916, de $2 ́000,000.00 en oro, representado por igual número de acciones de valor de $1.00 oro, que se cotizaban en el mercado de los Estados Unidos a razón de $1.60 dólares.
La empresa fue muy productiva por varios factores aunados, por un lado se instalaros equipos y procedimientos de los más modernos de la época, lo cual reducía su costo de operación y aumentaba su productividad, por otro, el equipo de ingenieros y directivos fueron de lo mejor y con una buena relación con los trabajadores, por otro, las vetas eran muy ricas y no tan profundas, y por ultimo por una década reinó la paz en estos terrenos, no hubo revueltas sindicales, aun cuando en otros lados sí, tampoco no se vio tan afectadas por la revolución, mientras la mayoría de minas del país pararon.
Sin embargo esto no duró para siempre, en 1939 la Amparo Mining Co. cedió sus derechos a la “Sociedad Cooperativa de Productores de Minerales de Amparo y Las Jiménez” (que descanse en paz)…, los cuales mal administraban los recursos, además se había perdido de la veta principal, cerrando pues sus puertas para siempre ya que actualmente se encuentran anegadas todas sus entradas necesitándose unas cuantas minas para desahogarlas, por la profundidad de sus tiros.”
Con información de Eduardo Machuca y varios historiadores.


1 comentario:

Unknown dijo...

Como bien dice, la historia se cuenta según se vio, mi esposo nació en Las Jiménez y durante muchos años el junto con otras personas organizaban la peregrinación y la fiesta el último domingo de abril.
Gracias por compartir estas imágenes.