Las
cruces en Etzatlán “una ferviente tradición”
En Etzatlán, es mucha la devoción que se le tiene a la
santa cruz, pues, a partir de que él conquistador don Nuño Beltrán de Guzmán,
instaló la primera cruz, en un peñasco en la ribera de la laguna de Magdalena,
en 1530, año con año se le ha rendido culto, pero no fue que hasta, 1716 que el
padre fray José Orozco, O. F. M., hizo un llamado a los vecinos de los barrios
que conformaban los cuatro puntos cardinales, para instalaran una cruz, siendo
los siguientes: el pasito, al norte; la cajita del agua, al sur; la casa
blanca, al oriente y la garita, al poniente.
Después el mismo pueblo fue instalando, conforme crecía
otras cruces más, siguiéndole la que se encontraba en el tercer cementerio, en
el mismo lugar donde se encuentra hoy la cuevita santa y esta fue llamada: la
cruz del calvario, esto fue por el año de 1826, la quinta cruz y hasta el día
de hoy la más famosa, fue la que instaló él padre Toribio Quezada, se cuentan
varias leyendas sobre la existencia de esta cruz y el por qué fue puesta allí,
pero la que más se le acerca es que al padre Quezada, le llamaba mucho la
atención que a ciertas horas de la noche se viera en el cerro, a lo lejos una
luz que brincaba de un lado al otro y exactamente coincidía con el camino que
llevaba a la mina que entonces se conocía como: santo domingo, según se
rumoraba que ahí, bajo la sombra de un árbol de mezquite, jugaban los mineros baraja
y que andaba el diablo suelto, pues hasta vidas se habían perdido, un buen día
el padre Toribio, cansado de oír tanta historia que terminaba en tragedia, ya
que al que no lo mataban, lo dejaban en la calle, pues perdían hasta la camisa,
después de escuchar a uno de los mineros que aseguraba que el demonio había
cargado con varios de sus compañeros, invito a este a que le ayudara a instalar
una cruz en ese lugar y que llevará una hacha, pues él con sus propias manos
iba a derribar el mentado mezquite y así fue que en el año de 1888, se terminó
con las jugadas y por supuesto con la aparición de la lucecita que adjudican a
un muchacho de la mina llamado: juan, aunque aún existen personas en el pueblo
que aseguran haberla visto. Después se instalaron otras cruces como la de la
misión de fray Buenaventura Sandoval, otra en la casa blanca, otra, la cruz de
los mártires de Etzatlán, la de los colonos, otra la de los hijos ausentes y
otras.
Es una tradición retocar las cruces y adornarlas de muy
distintas maneras para que luzcan hermosas, porque las llevan a la iglesia, con
gran júbilo acompañadas por los feligreses y diferentes danzas a veces también
con la banda del pueblo, muchas flores, cohetes para después en la puerta del
templo los reciba el señor cura Francisco Alcántar, dándoles la bienvenida, y
celebrando una misa.
El dos de mayo, se llevan a las ermitas que pertenecen,
igual como fueron traídas, acompañadas por los feligreses del barrio y algunos
visitantes de otras partes, rezándose el santo rosario, acompañado con la
música.
En el barrio de la cajita del agua, es donde se encuentra
una de las primeras cruces instaladas en el pueblo, que data de más de 270 años
y ya es una costumbre que además de los festejos, se lleve a cabo el famoso
“relate”, mas delante daremos un pormenor, ya que es parte muy importante de
nuestras tradiciones, donde de una manera muy especial se recuerda a una
antigua leyenda de la época de la conquista.
Cruz de Quezada
Cruz de don Jesús Varo
Cruz de Casa Blanca
Cruz de los Rojas Casa
Blanca
La Cruz del pasito..
Salida de las cruces del
templo a sus ermitas.. (02 may)
EN OTRO TEMA
La llegada de la Virgen
del Pueblito el viernes.... Estará en Etzatlán todo el mes de mayo.