La mojiganga
de Oconahua...
No hay
plazo que no se llegue, así dice el refrán y el primero de septiembre se
realizó en la población de Oconahua, una tradicional fiesta en donde se baila
la alegría y el colorido de la mojiganga, al ritmo de la Banda Perfil, todo el
pueblo y visitantes se apostan en su mejor localidad para ver pasar la tan
esperada mojiganga, esos jóvenes que a muy temprana hora ya buscan el vestuario
y zapatos que le acomoden, mientras que connotados maquillistas les dan los
toques de belleza que necesiten.
En otro
lugar, también los organizadores y amigos se concentran en un corralón en donde
atizan la lumbre y acomodan los cazos y tines, mientras otros les quitan las
hojas a los elotes que pondrán a coser, según nos dijo el delegado Javier
Santos que son un total de 2,500 elotitos, mismos que se repartirán a todos los
asistentes, esta es una fiesta con tintes de "ritos", pues cada quién
toma su papel y el que menos hace, es, tomarse una cubita a salud de los que si
trabajan.
Volvemos
a donde está la mojiganga pues ya mero es hora de que salgan a la calle, que
por lo regular es a las seis, pero ya se pasaron quince minutos y al ritmo de
una cumbia, salen uno por uno para dirigirse por la calle principal hasta la
plaza. A los lados la gente ríe a carcajadas, al ver las pantomimas que van
haciendo las estrafalarias damitas, quienes pa' darse valor se echan sendos
buches de tequila "saltapatrás", estos si que ya empiezan a comprender
a las damitas que portan tacones en el empedrado. Antes de llegar a la plaza se
avisoran los juegos y vendimias.
La
banda toque y toque y las chicas baile y baile, ya sea con uno, que con otro,
lo mismo les da, el chiste es pasarla bien. No crean que se me olvidó, pero es
preciso mencionar que al frente iba "EL SEÑOR SEPTIEMBRE", este
campesino quién carga los mejores elotes, calabacitas, chayotes y demás de la
siembra, mismo que se dirige al templo para agradecer a dios y al Arcángel San
Miguel, por las bondades de este temporal.
Estas
hermosas tradiciones deben de prevalecer tal cual, sin modificaciones, aunque
estuvo presente en nuestra memoria la gran ausente... ¡LA CHIRIMÍA!, aquella
diminuta cornetita que sonaba como pito de calabaza, pero que era parte de esta
tradición... ¿y qué? Por se acabaron los chirimilleros, bien me decía mi
abuelita que eran músicos en vías de extinción.
Llegó
la noche, la gente harta de elotes y disfrutando la fiesta, bailando y
cantando, así se fue llegando el fin de otra de estas, las tan esperadas
fiestas de la Mojiganga de Oconahua. Felicidades a los organizadores, en
especial a José Luis Santos, que siempre estuvo al tanto de todo y también a
los que contribuyeron con los elotes, a los que los hicieron y al H.
Ayuntamiento por supuesto...
Texto y
fotos de Carlos Enrique Parra Ron
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EN ESTADOS UNIDOS EL COMITÉ OCONAHUA REALIZÓ LA MOJIGANGA