EVELIA LARA SIERRA UNA ETZATLENSE EN LA RIVERA DE CHAPALA.
No soy agua de mar
ni agua de río,
te pertenezco
apacible lago.
El siguiente texto fue publicado por el Cronista de Etzatlán, Carlos Enrique Parra Ron.
Siempre inquieta. La conocí hace ya muchos años, quien iba a decir que me volvería a encontrar en los malabares de a vida, ella con 27 años viviendo en Chapala y yo, pues, con nueve como cronista en su pueblo natal... ¡Etzatián!.
Fue un bonito reencuentro de dos amistades, las que disperso el tiempo durante muchos años y que la cultura y el cariño a la poesía volvieron a reunir.
Química de profesión, homeópata por convicción, además experta en nutrición y terapias alternativas, una gran guerrera en pro de los derechos de la mujer, promotora de la cultura con sus veladas Músico-Literarias, en el Centro Cultural González Gallo, y ya como cereza del pastel una excelente poeta, con varios libros editados, entre los que se encuentran: Yo nací bajo un olmo; imágenes del Lago y Poema 5 era.
También participó en un libro llamado Testasís, como miembro de escritoras del Colectivo Cultural El Quijote.
En el mes de octubre del año 2009 resulta seleccionada entre los mejores autores del Certarnen Internacional de Poesía y Narrativa Breve en Buenos Aires, Argentina.
Mujer inquieta y creativa que ha sabido ganarse el cariño de las habitantes de la Rivera de Chapala, eso a mi me consta, porque hace algunos años me invitó a una de sus veladas músico - culturales, a donde me acompañaron mis hijos Carlos y Arturo, me llevé mi guitarra porque les iba a cantar y a hablar de la grandeza de nuestro querido Etzatlán y cual va siendo mi sorpresa que el nutrido público que había en el Centro Cultural, era de puros... ¡norteamericanos! Y yo con el poco inglés que aprendí en la escuela era imposible sostener una plática, primero les canté para luego echar thano de mis hijos, Arturo como intérprete y a Carlos tomando fotos.
A continuación les dejo otra de sus bellas poesías:
El Lago
¿Y qué no tienes de mi?
Los minutos y segundos
atrapados en tus redes.
Como carpas satinadas, abundantes, son hijas tuyas mis prolíferas ideas.
Me zambullo cada día bajo la sabana de tu superficie entregada al ignoto.
Navegando el sueño plasmado en estas tierras.
Me nutres, estoy plena.Te pertenezco.
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