La durabilidad y conservación de la ropa se redujo de
unos años a sólo unos cuantos meses, al ofrecerse moda rápida, cuyos textiles
no siempre son de la mejor calidad, dijo la Procuraduría Federal del Consumidor
Ese es el caso de
marcas como Bershka, Bestseller, Boohoo.com, C&A, Charlotte Russe, Cotton
On, Esprit, Fashion Nova, FIVE FOXes, Forever 21, Gap Inc., Giordano, Guess,
H&M, Mango, Massimo Dutti, Metersbonwe, Missguided, Miss Selfridge, Nasty
Gal, New Look, NewYorker, Next, Oysho, PrettyLittleThing, Primark, Pull &
Bear, Rainbow Shops, Renner, Riachuelo, River Island, Romwe, S. Oliver, Shasa,
She ln, Stradivarius, Topshop, United Colors of Benetton, Uniqlo, Uterqüe,
Urban Outfitters, Victoria's Sectret, Zaful, Zara, dijo la procuraduría.
“Cada vez más, la ropa deja de ser funcional antes de lo
esperado, provocando que más ropa sea comprada y desechada con mayor
frecuencia. Sumado a las tendencias estilísticas que cada vez tienen menos
vigencia, el consumidor tiene más incentivos para volverse adicto a comprar
ropa que deja de servir cada vez más rápido”, explicó la dependencia en la
Revista del Consumidor del mes de diciembre.
La moda rápida se basa en un modelo en el que en lugar de
resurtir los anaqueles vacíos, se introducen prendas nuevas. “Se cambian las
tradicionales temporadas primavera-verano y otoño-invierno por periodos de
máximo seis semanas a partir de que las prendas llegan al anaquel”.
La Profeco añadió que Dana Thomas en su libro ‘Fashionopolis:
The Price of fast fashion and the future of clothes’, las prendas se maquilan
en países asiáticos en donde la mano de obra es “sumamente barata”.
Afirma que si una prenda cuesta 19.99 dólares seguramente
a la persona que la produjo le pagaron 19 centavos de dólar, por lo que esos
países se consideran “esclavistas modernos”, ya que los bajos salarios y las
condiciones precarias de los trabajadores “son más cercanas a campos de esclavos
que a fábricas modernas”.
En dicho libro, dijo la Procuraduría, se advierte que
para reducir costos muchas veces se utilizan textiles que no siempre son de la
mejor calidad, ni mucho menos sustentables, por lo que regularmente se usa
poliéster, nylon, rayón o acrílico, que son producto de polímeros con los que
también se hacen envases desechables.
“Ahora al tener tanta ropa basura que es muy difícil
reutilizar o darle otro ciclo de uso, ésta llega a los basureros y, comparado
con las botellas, popotes o platos desechables, pues la historia de la huella medioambiental
es la misma”, explicó.
Por ello, la Profeco sugiere a los consumidores
informarse, leer las etiquetas y evaluar la durabilidad, la relación
costo-beneficio y pensar que es mejor opción la fibra natural como el algodón,
lino, cáñamo, henequén, seda, lana o alpaca, entre otras.
Zapatos fast fashion
La Profeco indicó que el calzado es también un componente
muy importante de este mundo del fast fashion, debido a que las marcas
mencionadas incluyen en su oferta, calzado formal, casual y deportivo, que
también es fabricada en manufacturas asiáticas, con materiales sintéticos y muy
poca durabilidad, pero con costos bajos y con diseños que fácilmente caducan.
“Es muy importante notar que cuando sufren algún
desperfecto, lo primero que se piensa es en tirarlos y comprar otros, puesto
que en muchos casos sale más barato eso, que mandarlos reparar, convirtiéndolos
en basura y refrendando su carácter de desechable”, aseguró.
“El que paga manda, por lo que tus compras, aún en estas
marcas, si son razonadas, obligarán a modificar la oferta que tengan para el
consumidor”, agregó la Procuraduría.
Destacó además que el modelo actual de comercialización es
el remplazo con diseños nuevos, en lugar de resurtir los productos ya
existentes, tendencia que favorece a la durabilidad de unos 4 meses.
Fuente: Profeco