Las Fiestas Patronales de Etzatlán siempre están rodeadas de temas polémicos. Por ejemplo el horario del uso de los cohetes, el ruido de la música que no deja escuchar la misa, la basura que dejan en la Plaza Principal, los que dañan los adornos, el lugar de los juegos mecánicos, el exceso de perros callejeros, las personas que dejan carros en cocheras, los que orinan en las banquetas, etc.
Ahora en estas Fiestas se agregó el tema del no ingreso a las personas a caballo, las pocas calles con cielo tejido y el retiro de los "rayos' al Señor de la Misericordia.
En el perfil "Fieles de Etzatlán" se hizo la publicación:
" ... comienzan las fiestas en honor de nuestro patrón, el Rey de Etzatlán: el Señor de la Misericordia, centro y corazón espiritual de nuestro pueblo.
Y así es como luce hoy… sin sus rayos.
Sin embargo, con el debido respeto, pero también con total firmeza, manifestamos nuestro profundo desacuerdo ante la decisión del señor cura de Etzatlán de retirar los rayos del Señor de la Misericordia.
Esa imagen no es propiedad individual de nadie: es patrimonio espiritual, histórico y cultural del pueblo católico de Etzatlán, que por generaciones lo ha venerado tal como se encontraba, con sus rayos resplandecientes que simbolizan la gracia y la luz de Cristo hacia su pueblo.
Los rayos no son un simple adorno, sino parte esencial de la imagen, un elemento que le otorga presencia, majestad y profundidad espiritual dentro del templo.
Además, dichos rayos contienen oro auténtico, por lo que también lucen con mayor dignidad y belleza que el oro del nicho de la Purísima, el cual se menciona como motivo para retirarlos.
Si el propósito es que “luzca el oro”, entonces los rayos del Señor de la Misericordia cumplen esa función con mucho mayor esplendor.
Modificar una imagen tan representativa sin consultar a la comunidad demuestra una falta de sensibilidad hacia la fe y la tradición de los fieles. Nadie pidió la opinión del pueblo para decidir si quitárselos o dejárselos, y eso resulta injusto, considerando que ha sido precisamente el pueblo, con su devoción, trabajo y aportaciones, quien ha sostenido durante años el culto al Señor de la Misericordia.
El Señor de la Misericordia es el corazón espiritual de Etzatlán. Alterar su aspecto sin razón litúrgica ni acuerdo comunitario es una decisión que hiere el sentimiento de muchos devotos, y constituye un atropello y un abuso al acervo cultural, a la devoción de un pueblo y a su identidad.
Por ello, exigimos con respeto, pero con convicción, que se restituyan los rayos al Señor de la Misericordia y se preserve su imagen tal como la tradición la ha consagrado: radiante, misericordiosa y llena de luz para su pueblo.
Porque el oro puede brillar,
pero la fe del pueblo y sus símbolos sagrados brillan mucho más.
En cuanto a la antigüedad de los rayos del Señor de la Misericordia, no se conoce con exactitud cuántos años tienen. Las fotografías antiguas muestran que la imagen ya contaba con ellos, aunque los que aparecen en esas imágenes no son los actuales. Los rayos que hoy porta tienen aproximadamente 15 años y fueron colocados por el padre Juan Manuel Lira. Antes de estos, el padre Lázaro le había puesto unos rayos elaborados con papel arroz, mientras que los originales que aparecen en las fotos más antiguas ya no existen. No obstante, lo cierto es que el Señor de la Misericordia siempre ha tenido rayos como parte esencial de su representación.
VIVA EL SEÑOR DE LA MISERICORDIA, VIVA EL REY DE ETZATLÁN"
Preguntanos a la Parroquia y el perfil del Templo de la Purísima Concepción respondió: "Los rayos se encuentran en el antiguo Bautisterio, a mano izquierda ingresando a la Parroquia.
Sin embargo, dada la inconformidad de algunos fieles, invitamos a acudir directamente al Señor Cura a fin de encontrar solución a la inconformidad por la ausencia de los rayos."
Esperemos que en las procesiones si le coloquen los rayos para que se vea mejor.
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