Destilerías invierten 80 millones de dólares en tratamiento de vinazas.
En un trabajo conjunto, la cadena agave-tequila y las autoridades locales de Jalisco trabajan en una certificación libre de deforestación.
Para garantizar que el tequila es una bebida cuya elaboración respeta el cuidado del medio ambiente, la industria ha invertido 80 millones de dólares en plantas de tratamiento, mientras en conjunto, la cadena agave-tequila y las autoridades locales trabajan en una certificación de agave libre de deforestación.
“Esto va a ser una marca conjunta entre el gobierno de Jalisco y el CRT (Consejo Regulador del Tequila) para evitar que se talen las zonas forestales y se hagan plantaciones de agave”, dijo a El Economista, Ramón González Figueroa, director del consejo.
Indicó que en las 200,000 hectáreas sembradas con 670 millones de agaves, hay identificados 4 millones de agaves plantados en zonas que deberán ser reforestadas una vez que las plantas hayan sido cultivadas.
En el marco de la XXV Reunión de la Conferencia de las Partes (COP25) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en septiembre del 2019, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, presentó en Madrid, España, la Iniciativa “Tequila Libre de Deforestación”.
Hace un año, el mandatario resaltó la importancia de esta iniciativa en materia ambiental, ya que además de posicionar a esta industria como una referencia para otros sectores en el país, se alinea a los compromisos de Jalisco como gobierno subnacional en la parte que le toca hacer a México para contribuir a limitar la temperatura promedio global y frenar el avance del cambio climático.
Vinazas
El director del CRT añadió, por otra parte, que la inversión en plantas de tratamiento por parte de las destilerías, busca evitar que las vinazas (aguas residuales producto de la destilación) se vayan a los mantos freáticos y cumplir con las normas medioambientales que cada vez son más estrictas.
De acuerdo con estadísticas del CRT, de enero a agosto del 2020, la producción de tequila ascendió a 245.8 millones de litros para lo cual, las destilerías consumieron 905,700 toneladas de agave.
A través de un nuevo convenio con el Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, el CRT realiza un inventario de todos los procesos que realiza la cadena agave-tequila en relación al cuidado del medio ambiente.
“Estamos también revisando el compromiso que hicimos con la huella de carbono y la huella hídrica que teníamos el compromiso de reducirla hace cuatro años y hoy vamos a hacer la evaluación de cuánto disminuyó esa huella y fijar nuevas metas para el 2030”, comentó Ramón González.
Fuente: El Economista / Patricia Romo
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