El investigador del Instituto de Ecología de la
Universidad Autónoma de México, conocido como “Batman” u “hombre murciélago”
dice que estos animales son injustamente maltratados.
Los mamíferos voladores
son vitales para la ecología en la polinización y control de plagas. Por eso,
la vida de los humanos está constantemente ligada a ellos.
“Si te tomaste un
café, comiste cualquier producto de maíz o estás usando una prenda de algodón
tu vida tiene un vínculo directo con los murciélagos“, explica Rodrigo
Medellín.
Este investigador del Instituto de Ecología de la
Universidad Autónoma de México lleva toda una vida luchando por proteger a los
murciélagos, una de las especies con peor fama en el mundo.
Para Medellín, los mamíferos voladores son injustamente
maltratados.
“Hay muchos animales que tienen una imagen negativa, como
los escorpiones, las arañas o los tiburones. Pero ninguno de ellos hace tanto
bien para los humanos y los ecosistemas como los murciélagos”, dice.
Los mamíferos voladores prestan “servicios ecosistémicos
vitales” como la polinización, la dispersión de semillas y el control de
plagas.
“El Batman mexicano”
A Medellín le brillan los ojos cuando cuenta que el que
le puso ese apodo fue nada menos que su héroe desde la infancia, David
Attenborough, uno de los divulgadores más conocidos de la televisión que ha
filmado incontables documentales para la BBC.
El mote
El mote “hombre murciélago” se lo puso David Attenborough
en un documental que le hizo.
Attenborough conoció a Medellín cuando recibió el premio
Whitley en 2012 e hizo un documental sobre su trabajo en el que lo retrata como
un héroe de la conservación.
“¿Te imaginas lo que es eso? Que Attenborough hablara de
mi labor es de las mejores cosas que me ha pasado”, dice todavía visiblemente
emocionado.
Pero, a diferencia de Batman, a quien al principio tenía
fobia a los murciélagos, Medellín estuvo fascinado por ellos desde niño.
Sus padres le dejaron tener unos ejemplares de los
hematófagos, de los que comen sangre, en el baño de su casa. Para alimentarlos,
guardaba sangre de vaca en el refrigerador.
Sin embargo, matiza que de las 1.300 especies de
murciélagos que hay en el mundo, solo 3 son hematófagos, es decir, que se
alimentan de sangre y las 3 viven en América Latina, cuenta.
Aunque el biólogo trabaja con más especies se le conoce
como el “hombre murciélago”.
“Dos de estas especies nunca se cruzan con los humanos,
pues habitan las selvas más recónditas. Una de ellas es una oportunista que
aprovecha el ganado que se les pone enfrente”, explica.
El único riesgo que poseen es, como cualquier mamífero
silvestre, la transmisión de la rabia, pero que de acuerdo a sus
investigaciones, de 4.000 murciélagos que han muestreado, ninguno ha sido
portavoz del virus.
Pero eso era muy raro, ya que los mamíferos tenían tan
mala fama que en México se llegaban a quemar las cuevas donde habitaban.
Así, que el “Batman mexicano” ha trabajado por la
conservación de distintas especies, pero se le conoce principalmente por su
trabajo para proteger a los murciélagos.
Tristeza y muerte del agave
Es poco conocida la íntima relación de los murciélagos
con los agaves, las plantas que producen el tequila y el mezcal.
Por eso, “quienes aprecien estas bebidas espirituosas
deberían estar interesados en la conservación de estos animales“, dice el
biólogo.
Los murciélagos son vitales para la salud de la planta
del agave, de la que se produce el tequila y el mezcal.
Medellín habla usando términos casi poéticos para
explicar el porqué.
El agave “muere de amor”. Todos sus recursos reproductivos
sexuales los enfoca a producir una sola flor. Pero, para producirla utiliza
gran parte de la azúcar que posee.
Por eso, para que produjera más líquido, los tequileros
cortaban todas las flores, lo que fue dejando a las plantas con menos
diversidad genética y más expuestas a las enfermedades.
Medellín ya había advertido de estos riesgos, pero los
productores no le hicieron caso. Hasta que, a partir de 2011 el 40% de los
campos agaveros se han ido infectando.
Los atacó la “tristeza y muerte del agave“, una
combinación de un hongo y una bacteria que les pudre el corazón.
Así, Medellín encabezó un programa para explicar que los
murciélagos son la solución: polinizan los agaves y ayudan a la diversidad
genética.
“Los mexicanos y quienes aprecien el tequila y el mezcal
deben preocuparse por los murciélagos”, dice Medellín.
Las plantaciones que permiten florecer al 5 por ciento de
las plantas reciben el distintivo de ser “bat friendly” o “amigable con el
murciélago”.
Esa cantidad de flores es suficiente para la salud de las
plantas y a la vez 100 murciélagos se alimenten cada noche de cada hectárea.
Así, las plantaciones de toda la industria en México
podrían estar ayudando a la sobrevivencia de 8 millones de murciélagos.
A veces “es necesario hablar del valor económico que
representa conservar a la naturaleza para que sea protegida”, dice Medellín.
“Desafortunadamente en este mundo globalizado, si algo no
representa beneficio la gente no le pone atención y los políticos no lo
defienden”.
Como parte de sus investigaciones ha concluido que cada
murciélago guanero, una especie que habita en distintos países del continente
americano, al comer insectos ayuda al control de plagas por lo equivalente a 30
centavos y USD 2.5 al año.
T
ambién, que cada millón de murciélagos destruye 10
toneladas de insectos cada noche. “Sin ellos se acabarían las cosechas“,
asegura.
Ahora, está haciendo investigaciones sobre el efecto que
podría tener en las políticas de salud pública al comerse los mosquitos.
El científico ha trabajado también en un proyecto para
contar la población de jaguares.
El daño de Drácula a los murciélagos
La mala fama de los murciélagos se remonta a 1897 cuando
el irlandés Bram Stoker publicó la novela Drácula.
Hasta entonces el concepto “vampiro” no tenía nada que
ver con los murciélagos. Se trataba de humanos muertos que revivían en la noche
para chupar sangre a los vivos, según leyendas medievales de Europa del Este.
Pero, cuando Stoker, amante de la historia, escribía su
novela se acordó que Gonzalo Fernández de Oviedo, uno de los cronistas del
descubrimiento de América, hablaba de unos animales que volaban en la noche y
se alimentaban de sangre.
Así, se le ocurrió que para que su personaje pudiera
viajar largas distancias rápidamente se podría convertir en murciélago y volar.
“Ese momento marca la debacle, la caída estrepitosa de la
imagen de los murciélagos”, cuenta.
Aunque, el “Batman mexicano” reconoce que poco a poco la
gente ha ido tomando mayor conciencia y que afortunadamente hay más gente que
defiende a los murciélagos.
“Los murciélagos son héroes incomprendidos. Cada vez más
gente debe saber de la gran importancia que tienen en su vida”, dice.
Fuente: BBC
MUNDO