Reviven
sus murales
Restauran
en dos etapas templo colonial en Etzatlán. Expertos combaten la humedad que
afecta el techo por falta de impermeabilizantes
Foto Mural |
Los rezos no son interrumpidos en la Parroquia de la
Purísima Concepción de María. De rodillas oran, sentados en las viejas bancas
rezan, cuelgan cartas dirigidas al Niño de Atocha, y por encima de ellos, sobre
andamios, restauradores reviven el trazo de murales que decoran el recinto y
que narran pasajes bíblicos.
Es Semana Santa y el equipo de restauradores, a 17 metros
de altura, continúa su labor en este templo ubicado en la plaza principal de
Etzatlán, edificio que durante años no tuvo algún tipo de obra de conservación
adecuada ni un impermeabilizante en la azotea, lo que ocasionó que el agua de
lluvia se filtrara hasta levantar partes de las pinturas.
"Sobre todo, escamaciones (se observan en la bóveda
del templo), por el paso del tiempo, el polvo y la humedad, las pinturas se
empiezan a botar, se empiezan a craquear. Sin un tratamiento de
impermeabilización, se filtra la humedad, eso provoca que se empiece a botar la
pintura, se crean sales", expresa Judith Guadalupe López, responsable de
la obra ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
"Se tiene que quitar eso, neutralizar las sales para
que no se expanda, se fija, se empieza a emblandecer parte de los muros, luego
se empieza a resanar, una vez resanado, se hace la reintegración
cromática".
Fue en 1534, por ordenes de Hernán Cortés, cuando se
colocó la primera piedra del convento y su parroquia, ubicada en la plaza
principal de Etzatlán: su estilo ecléctico, con columnas salomónicas, capiteles
dóricos y detalles neoclásicos, son reflejo de la moda arquitectónica de
episodios claves de México, como la conquista religiosa, la Independencia, la Revolución
y la Guerra Cristera.
Para 1954, J. Mejorada firmó un par de murales en el
baptisterio y la bóveda del edificio, mientras que en el coro realizó un alto
relieve con hoja de oro y plata, titulado "Asunción de la Virgen
María".
El proyecto de restauración se compone de dos etapas. La
primera, que es en la que trabajan desde diciembre pasado y esperan concluir a
finales del mes en curso, ya se intervinieron las dos pinturas murales que
están en el baptisterio, "Jesús y los Niños" y "El Bautizo de
Jesús", así como el alto relieve, dice la responsable de las obras.
Con recurso de la Federación, la primera etapa de la
intervención tiene una inversión de 500 mil pesos, y la segunda etapa, aún en pláticas,
está presupuestada en 1 millón 300 mil pesos.
"En esta segunda se contempla una de las esculturas
más valiosas de este lugar, un Cristo con ataúd de la época, es técnica mixta,
madera, pasta de caña y parte del modelado está hecho con un tipo de estuco,
esta técnica mixta lo hace valiosísimo, es un dato histórico que nos remite al
tiempo en que fue elaborado, (siglo 17), con mucha precisión", señala
Alberto Rodríguez, miembro del equipo de restauradores.
Minuciosas
labores
La primera etapa de la restauración esperan que se
concluya a finales de abril.
Posteriormente intervendrán un Cristo.
·En un andamio con una altura de 17 metros se está
trabajando en la bóveda del templo.
Esperan culminar a finales del mes.
·Debido a la humedad, la pintura se ha botado, por lo que
es necesario intervenir y resanar, para evitar el deterioro.
·Entre las imágenes restauradas se encuentran estos
querubines, que forman parte de los murales firmados por J. Mejorada en 1954.
·Alberto Rodríguez y Judith Guadalupe López son los
responsables de los trabajos que se realizan en el templo jalisciense.
Así
lo dijo
"La construcción es franciscana, tiene accidentes
históricos o mentiras históricas, como (también le llaman): es ecléctico,
alberga varios estilos juntos, al frente, el altar o retablo tiene columnas
salomónicas, capiteles dóricos, ese tipo de concha al centro son estilo
neoclásico".
Alberto Rodríguez Restaurador
Fuente: hemeroteca 05 de abril del 2012 del periódico
mural
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