Por: Carlos Enrique Parra Ron y Javier Romero Ibarra
En aquellos tiempos se vio el progreso obligado cuando en
el gobierno de don Porfirio Díaz, se giró una orden a todas las comunidades del
país para que en especial todos los indígenas no dieran mal aspecto con su
indumentaria ya que esta consistía en camisa y calzón de manta, con un ceñidor
en la cintura, así, sin más, bueno desde luego que ya muchos calzaban huaraches
y portaban sombrero o un paliacate amarrado. Pues bien, los mentados calzones
algunos moralistas los consideraban además de indecente, poco higiénicos, por
lo que se pronunció una disposición para muchos arbitraria, por aquello de los
“usos y costumbres”
.
Aquí a Etzatlán llegó la noticia allá por diciembre de
1908, cuando recibe el entonces Presidente Municipal Carlos Romero y de
inmediato indica a su secretario Cárdenas que de inmediato se publique la
noticia. Me imagino que el antes referido Cárdenas, se dio a la tarea de
comunicar yendo al molino de nixtamal que para ese entonces fungía como un
centro de noticias, regándose como pólvora por todo el municipio.
De esta manera también se hizo saber a la ciudadanía que
a partir del día 15 de enero del año 1909, sería obligatorio para todo varón,
sea cual fuere su condición y fortuna, usar en público el traje conocido con el
nombre de pantalón.
Las mujeres aunque vestían enaguas, blusa y ceñidor, no
lucían tan impúdicas como lo hacían los hombres quienes a veces por descuido o
adrede dejaban ver sus “miserias”.
Pero eso era antes, porque no se podía andar por las
calles y plaza vestidos de esa manera so pena de una enorme multa de un peso u
ocho días de reclusión con destino a los trabajos públicos y eso era desde
“desenzacatar” las calles, hacer el aseo de la casa Municipal, hasta los más
insospechados deseos del “mandamás”, siempre sin llegar al abuso.
Esta vez la orden fue tajante, no había de otra, o te
aclimatabas o te “aclichingabas” decían los instruidos en la materia, pero, no
se crean, a mí me tocó todavía ver a algunos calzonudos deambular por las
calles, pero eso sí… ¡ya usaban calzón abajo! Eran de esos corrientitos pero al
fin y al cabo ya “traiban” como alegaban ellos.
Esta ordenanza trajo en consecuencia algunos abusos, ya
que a la entrada de la población, cosa que me cuentan, que pasó no nada más
aquí, sino que en todo el país, a la entrada de las poblaciones se ponían los
“vivales” aquellos que siempre piensan el cómo hacerse ricos a costillas de
otros. Estos comenzaron a comprar los pantalones usados y ya casi inservibles
de los riquillos, para rentarlos a propios y extraños. Había desde un centavo
hasta de a diez, pero no crean que se los llevaban así nomás, no señor, tenían
que dejar prenda, ya fuera la remuda, o algo de valor, pero nunca aceptaban a
las señoras por aquellas de que ya no regresaran por ellas y entonces sí les
iba a salir más caro el remedio que la enfermedad.
Poco a poco esto ya no resultó negocio pues ya muchos de
ellos con sacrificio habían logrado comprar sus pantalones y algunos otros lo
habían hecho casi forzosamente ya que se estipuló claramente que la autoridad
política cuidaría prudentemente el cumplimiento de estas prevenciones, quedando
facultada para invertir el importe de las multas que esta misma disposición
imponía, en la compra de pantalones, mismos que daría a los culpables que
juzgara más menesterosos.
Y para aquellos que no entendieron recalca: “Lo que se
pone en conocimiento del público para su conocimiento”.
Foto ilustrativa (Tarahumara Rarámuri) |
Y se desata toda esta pelotera por una ocurrencia de don
Porfirio, ya me imagino a este legendario Presidente si viviera en esta época
en donde cada día las palabras: pudor, decencia, recato, compostura, decoro,
dignidad, vergüenza y muchas más, van quedando en el olvido y como decía mi
abuelito: “eran más prácticos los calzones de manta, ahora con esto de los
pantalones, mientras te desabotonas, pos ya te miates”.
Un aviso de muchos pantalones fue el que nos encontramos
en el Archivo Histórico de Etzatlán, en aquellos tiempos cuando era más común
el uso del calzón de manta, que el pantalón de vestir.
El
uso de pantalones en Etzatlán
Este es un aviso que nos encontramos en el Archivo
Histórico de Etzatlán, en aquellos tiempos cuando era más común el uso del
calzón de manta, que el pantalón de vestir.
Aviso
Atendiendo a una recomendación que el C. Gobernador del
Edo. Hace al Ayto. que presido por los conductos y tomando en consideración el
grado de civilización y cultura a que ha llegado esta población, el propio
Ayto., en sesión del día primero de enero del corriente año, apoyó un acuerdo
que termina con las siguientes proposiciones:
1ª. Desde el día 15 de enero del año de 1909, será
obligatorio para todo varón, sea cual fuere su condición y fortuna, usar en
público el traje conocido con el nombre de pantalón.
2ª. La infracción a la anterior prevención se castigará
con multa de un peso u ocho días de reclusión con destino a los trabajos
públicos.
3ª. La autoridad política cuidará prudentemente del
cumplimiento de estas prevenciones, quedando facultada para invertir el importe
de las multas que esta misma disposición impone, en la compra de pantalones,
que dará a los culpables que juzgue más menesterosos.
Lo que se pone en conocimiento del público para su
conocimiento.
Libertad y Constitución.
Etzatlán, diciembre de 1908.
E. P. D. A.
Presidente Municipal C. Carlos Romero
Secretario J. L. Cárdenas
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