El pueblo de los dos nombres sale a la calle por su
bosque.
La Mazata y La Estancia de Ayones salieron a la calle. El
pasado 16 de febrero se realizó una manifestación en este poblado de dos
nombres por estar enclavado en la frontera de dos municipios, San Juanito de
Escobedo y Etzatlán.
En la protesta multitudinaria demandaron que cese la tala
sobre sus encinares que dan agua, paisaje, aire limpio y clima a la región.
“Hicimos una marcha pacífica; el pueblo nos apoyó,
también el párroco en misa, se pidieron los permisos correspondientes y del
municipio mandó una patrulla, una ambulancia.
Nos acompañaron muchos niños y
ancianos”, dijo la señora Aguilar, quien entregó fotografías y videos para dar
constancia de la movilización desacostumbrada por un asunto de este tipo.
Escuchó las inconformidades el diputado federal Eduardo
Ron, quien aseguró que ha abordado el tema con el gobernador Enrique Alfaro,
quien a través de él pidió “paciencia” para poder tratar legalmente el
problema, esencialmente, de que se trata de un aprovechamiento forestal
autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Hay siete peticiones entregadas al representante popular
y al Ayuntamiento de Etzatlán: “que se revisen los permisos otorgados para la
tala de árboles en nuestra comunidad para verificar la legalidad de los
mismos”; que “se respeten los permisos, leyes y reglamentos relacionados con el
cuidado y protección de los recursos forestales”; que “se detengan y sancionen
las actividades hechas fuera del permiso otorgado”; que “se conforme un consejo
de vigilancia con la participación de los representantes de nuestra comunidad,
autoridades municipales y personal especializado en la protección, vigilancia,
ordenación y aprovechamiento de nuestros recursos forestales”.
También, que “se ejecuten programas productivos de
restauración, de protección, de conservación y de aprovechamiento sustentable
de los ecosistemas y suelos forestales de nuestra comunidad”, sumado al fomento
del aprovechamiento sostenible, es decir, sin rebasar la capacidad de
regeneración de los propios ecosistemas “para garantizar su disponibilidad en
el futuro”.
La última exigencia es que se dé seguimiento a todas las
peticiones, es decir, que tengan respuesta formal y se canalicen a las
instancias correspondientes.
El legislador de Movimiento Ciudadano consideró
importante dar voz a las comunidades cuando se determinan los permisos de
aprovechamiento forestal, y en general, los cambios de uso de suelo, pues el
ambiente es un factor de territorio y atmósfera, y por ende, afecta a todos.
Los responsables del ejido, encabezados por su presidente, Ramón Ramos, fueron
convocados, pero no asistieron. Ellos han mandado decir que se trata de un
proceso totalmente regular, pero no convence a los pobladores, que sugieren que
presuntamente fue aprobada la extracción de madera para carbón por la minoría
directiva, y no por parte de la asamblea, lo que podría derivar en una
irregularidad que tornaría endeble jurídicamente la autorización. Pero habrá
que entablar demanda correspondiente.
Por lo pronto, los ciudadanos esperan que su protesta
alcance eco en las autoridades.
Fuente: Diario NTR Guadalajara / Agustín del Castillo
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