La puesta en escena “Dejar para semilla”, dirigida por Melissa Priske, honra el trabajo de todas y todos los campesinos a través del cuerpo. El montaje hace de las coreografías una poesía dedicada a los trabajadores de la tierra.
Después de vivir en Guadalajara, Priske decidió regresar al pueblo de su abuela, Etzatlán, Jalisco, donde entró en contacto con los procesos de la siembra y empezó a interesarse en las historias y problemáticas de los agricultores de la zona, así nació “Dejar para semilla”.
Junto a la comunidad de Etzatlán, Melissa creó la escenografía. Lorena Ron y su equipo de trabajo diseñaron el “cielo tejido” que envuelve al montaje:
“Para mí, el tejido representa la comunidad, tejer comunidad y hacer red, entonces, las mujeres ya lo hacen y deseaba que fueran parte de esta propuesta porque al final todos somos una comunidad en Etzatlán”, afirmó la directora.
También, las pequeñas hijas de Melissa suben al escenario para representar a las y los niños que juegan libremente por las parcelas:
“Me parecía súper importante que fuera una obra sobre el cuidado entre nosotros y el cuidado hacia la infancia, y al final cuando tú ves a las familias que siembran en los campos siempre llevan a sus hijos y nosotros llevamos a nuestros hijos a bailar”.
Al ritmo de las sonajas y los cántaros de barro
Mientras Melissa y su esposo escribieron la letra de las canciones que acompañan la pieza, Jaqueline Meza, Álvaro Arce y Paul Campos compusieron la música.
La obra se presentó en el marco del programa Domingos en Familia del Centro para las Artes José Rolón, en Ciudad Guzmán, Jalisco.
“Dejar para semilla” se presentará el 26 de octubre en el Festival Universitario del ITESO. Además, el próximo mes de enero ofrecerá dos funciones en el Teatro Alarife Martín Casillas de Guadalajara.
Una propuesta teatral basada en la historia de vida de sus protagonistas…¡No te la pierdas!
Fotos y texto: Emiliano Mendoza Aranda, estudiante de la Carrera de Periodismo del CUSur de la UdeG.
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